Los precios al consumidor estadounidense subieron en septiembre por un aumento en el costo de la gasolina y los arriendos, lo que sugiere que las presiones inflacionarias se están acumulando y allanando el camino para que la Reserva Federal mantenga el curso y suba las tasas de interés en diciembre.
El Departamento del Trabajo informó este martes que el Indice de Precios al Consumidor (IPC) subió 0,3% el mes pasado, tras un alza de 0,2% en agosto.
En doce meses a septiembre, la inflación se aceleró a un 1,5%, su mayor aumento interanual desde octubre de 2014.
El IPC había subido un 1,1% interanual a agosto. La previsión de los economistas para septiembre era de un avance de un 0,3% en la tasa mensual y de un alza de 1,5% en un año.
No obstante, la inflación subyacente mostró señales de moderación. El IPC subyacente, que excluye los precios de los alimentos y la energía, avanzó 0,1% el mes pasado y 2,2% a tasa interanual, tras subir en agosto 0,3% y 2,3%.