"Los números no dan, ni para el sistema actual ni para el nuevo sistema que comienzan a pensar las autoridades". De esa manera concluye un informe preparado por el economista de la UC Eduardo Walker sobre la propuesta que estudia el gobierno para la gestión del 5% adicional de cotización en pensiones, a la luz de la experiencia del Plan de Pensiones de Canadá (CPP, en inglés), que el Ejecutivo ha planteado como referente para los cambios que planea en el país.
El documento de Walker aborda las principales características del modelo de pensiones canadiense subrayando que se trata de un sistema con tasa de reemplazo fija, que busca alcanzar el 33% de los sueldos a futuro. "Para financiarla requerirá una tasa de contribución de 11,9% de los salarios durante un 83% de la vida activa, además un stock de ahorro (un fondo de pensiones) de aproximadamente US$ 15.300 por cada cotizante", detalla el informe.
Así, Walker se pregunta "cómo un 5% adicional de cotización en Chile, junto con un ahorro inicial de US$ 9.000 millones en el fondo de reserva de pensiones (unos US$ 1.500 por cotizante al sistema de pensiones, la décima parte del monto correspondiente al CPP) podría generar una tasa de reemplazo superior a un 14% (calculada por una simple regla de 3)".
Añade que en ese contexto, más allá de las críticas al sistema de pensiones chileno, los resultados de este "son sorprendentes, pero más bien en el sentido inverso: se han logrado estas tasas de reemplazo pese a las bajas densidades de cotización". En relación a los costos, el académico plantea que pese a la intención declarada del ministro de Hacienda de implementar una institucionalidad "liviana" para la administración de los recursos, la estructura asociada al modelo de Canadá "es cualquier cosa menos "liviana" y han llegado a ella por la convicción de que es difícil lograr una rentabilidad real de 4% a muy largo plazo sin utilizar estrategias de inversión complejas y muy especializadas".