Al menos 5.000 ejecuciones se registraron en el mundo durante el 2011, frente a las 5.946 del 2010, anunció hoy el reporte anual sobre la pena de muerte de la organización italiana "Nadie Toque a Caín".

Según el informe, China lidera este ránking con 4.000 ejecuciones, seguida de Irán con 676 y Arabia Saudita con 82. 

De acuerdo con el reporte, en China las ejecuciones son "un secreto de Estado", aunque se han recabado noticias, incluso de fuentes oficiales, sobre las cifras, además de los aportes  realizados en un seminario sobre la pena de muerte celebrado a fines de año en Hangzhou (este de China) al que acudieron funcionarios chinos con "acceso a estadísticas sobre condenados a muerte y ejecuciones".

Asia es el continente que lideró la pena de muerte el año pasado con alrededor de 4.931 casos.

Respecto a América, la organización dice que "sería un continente prácticamente libre de pena de muerte, si no fuese por Estados Unidos, único país del mundo que ha cumplido las ejecuciones" en 43 ocasiones.

En Africa, murieron por orden de las autoridades al menos 24 personas, con un mínimo de 11 casos en Somalia, siete en Sudán, cinco en Sudán del Sur y uno en Egipto.

Según apunta el informe, el mantenimiento de la pena capital en el recién creado Sudán del Sur eleva en un país, hasta 43, el número de naciones que aplican la pena de muerte en el mundo.

Bielorrusia es el único país europeo donde hay pena de muerte, con 4 hombres ejecutados entre 2011 y principios de 2012.

Según sostienen "Ninguno toque a Caín", en 2011 hubo 946 ajusticiamientos menos que el año anterior, y se confirma la tendencia hacia el abolicionismo de la pena de muerte desde hace una década con 155 países que "por ley o en práctica" no practican ejecuciones.

No obstante, la organización destaca que "el número de ejecuciones podría ser mucho más alto" porque hay países que no ofrecen estadísticas oficiales sobre la pena de muerte.

El informe destaca que se aplica la pena capital en siete países que pueden ser considerados "democracias liberales", como Estados Unidos y que en 2011 Japón no registró ninguna ejecución por pena de muerte por primera vez en veinte años, si bien en 2012 fueron ejecutadas tres personas.

El texto también hace referencia a las ejecuciones fundadas en la "sharia" -ley islámica-, que aumentaron de 823 muertes en 2010 a 898 el pasado año, y condena especialmente las lapidaciones.

Respecto a las lapidaciones, el informe hace hincapié en aquellas ejecuciones extrajudiciales que, por motivos como el adulterio, fueron practicadas en los territorios de Afganistán controlados por los talibanes, en las zonas de Somalia bajo el mando de la milicia Al-Shabaad o por los extremistas islámicos del norte de Mali.