Un 6,6% de los niños y jóvenes chilenos ejerce algún tipo de actividad considerada como trabajo infantil, según el estudio 2012 realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio del Trabajo.
De este universo, 94 mil lo hace bajo la edad permitida de 14 años, y 125 mil (entre 15 a 17 años) desarrolla actividades peligrosas (ver infografía), es decir, que atenta contra su salud, seguridad o moral. El trabajo infantil en estas condiciones está prohibido y contradice las disposiciones legales y convenios internacionales firmados por el país en protección de los menores. Solo están autorizados para trabajar los jóvenes entre 15 y 17 años en actividades livianas, con la autorización de los padres y que no afecten sus estudios. Este grupo está compuesto por 10 mil jóvenes.
El ministro de Desarrollo Social, Bruno Baranda, señaló que 50% de los niños que trabajan ilegalmente está en sectores vulnerables donde se van a focalizar las políticas públicas. "Cada tres hogares de personas pobres y vulnerables, solo una trabaja, situación inversa a la que sucede en sectores acomodados. Tenemos que generar más oportunidades de trabajo para que en esos hogares sea innecesario exponer a los niños al trabajo en condiciones que no corresponden".
El estudio no es comparativo con la última encuesta que abordó este problema el 2003, ya que utiliza una metodología nueva que implementa la OIT en el mundo para incorporar más variables y comparar realidades entre países.
El cuestionario se aplicó a 9.978 niños de 7.836 hogares a lo largo del país, entre febrero y mayo de 2012. Se consultó a cada niño si realizó alguna actividad laboral en la semana anterior a la encuesta. "Estos datos hay que cruzarlos ahora con escolaridad y con la empleabilidad, y de ahí ir definiendo las políticas públicas e implementarlas", sostuvo Baranda.
Otro aspecto detectado fue el trabajo doméstico en el propio hogar de carácter peligroso, el cual excede las 21 horas a la semana, y que afecta principalmente al 11% de las niñas entre 5 y 14 años. Estas realizan labores que incluyen el cuidado de enfermos en el hogar o de los hermanos menores. "La encuesta muestra que esto no es una ayuda, sino una función que impacta en su educación, en las horas de sueño y de juego, y que le resta a los niños su posibilidad de ser niños por una necesidad de la familia", indicó Guillermo Miranda, director de la OIT del Cono Sur.
Según Fernando Arab, subsecretario del Trabajo "que un menor ayude a colocar la mesa o hacer su cama no es negativo, mientras no afecte sus estudios", señaló. Agregó que culturalmente en los hogares vulnerables "es bien visto que los niños trabajen porque hay una invisibilización de los daños que provoca en los menores".