La CIA torturó, durante la presidencia de George W. Bush, a numerosos militantes islámicos que se oponían al ex líder libio Muammar Gaddafi, antes de entregárselos al régimen, según un informe que dio a conocer hoy Human Rights Watch (HRW).
"No sólo Estados Unidos le entregaba sus enemigos a Gaddafi, sino que además la CIA torturó a muchos", señaló la autora del informe, Laura Pitter, que se basó en documentos y testimonios recogidos por la organización internacional de derechos humanos.
Según Pitter, "la amplitud de los abusos cometidos por el gobierno de Bush parecer ser mayores de lo que hasta ahora se pensaba, lo que demuestra la importancia de una investigación profunda".
De acuerdo al informe de HRW, compuesto por más de 200 páginas, varios combatientes de la organización Grupo Islámico de combate libio (GICL), sospechosos de tener vinculaciones con la red terrorista Al Qaeda, y que luego se unieron a la rebelión contra Gaddafi, fueron arrestados en el marco de la guerra contra el terrorismo.
El informe se titula: "Entregados al enemigo: Estados Unidos permite el abuso y la entrega extrajudicial a Libia de opositores al Gobierno de Gaddafi" y en él se detalla, por ejemplo, que los detenidos eran sometidos a simulacros de ahogamiento y otro tipo de torturas en las que también se emplea el agua. El documento se elaboró a partir de entrevistas efectuadas en Libia a 14 ex detenidos, pertenecuientes a GICL. Muchos de ellos ocupan puestos influyentes y cargos políticos clave en el país en la actualidad, según la ONG.
El texto también se basó en documentos, algunos de los cuales se han dando a conocer recientemente, que Human Rights Watch encontró abandonados en la oficina del ex jefe de inteligencia de Libia Musa Kusa el 3 de septiembre de 2011, tras la toma de Trípoli por las fuerzas rebeldes.
HRW afirma que tras los ataques a las torres gemelas en Nueva York, el gobierno estadounidense, con ayuda de Reino Unido y varios países de Medio Oriente, Africa y Asia, arrestó y encarceló a miembros del GICL que vivían fuera de Libia sin acusarlos de ningún delito concreto, para luego entregarlos extrajudicialmente al gobierno libio.
El informe también se refiere a los graves abusos que habrían sufrido cinco ex miembros del GICL en dos centros de detención que EEUU mantenía en Afganistán, muy posiblemente administrados por la CIA.
Los ex detenidos relataron "haber sido encadenados desnudos contra la pared –a veces con pañales– en celdas totalmente oscuras y sin ventanas durante semanas o meses; obligados a mantener posiciones forzadas durante períodos prolongados con el propósito de causar dolor físico y estrés; encerrados en espacios minúsculos; golpeados y arrojados con violencia contra las paredes; impedidos de salir al aire libre durante casi cinco meses sin que se les permitiera asearse; y privados del sueño mediante la exposición constante a música occidental a un volumen ensordecedor", apunta HRW.