Un informe secreto de la OTAN publicado por la cadena BBC y el diario británico The Times, afirma que los talibanes apoyados por las fuerzas de seguridad de Pakistán, se están preparando para retomar el control de Afganistán tras la retirada de las tropas internacionales.

El documento está basado en las declaraciones obtenidas durante más de 27.000 interrogatorios realizados a cerca de 4.000 talibanes, civiles y miembros de Al Qaeda.

El teniente coronel Jimmie Cummings, vocero de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), liderada por la OTAN, confirmó la existencia del documento, pero dijo que no era una evaluación estratégica de operaciones, cita Reuters.

"El documento clasificado en cuestión es una recopilación de opiniones de talibanes detenidos. No es un análisis, ni tampoco debe ser considerado como un análisis", declaró.

Sin embargo, podría interpretarse como una evaluación muy negativa de la guerra, que se encuentra ya en su undécimo año y cuyo objetivo era bloquear el regreso al poder de los talibanes.

También podría ser visto como una admisión de derrota y reforzar el punto de vista de los talibanes de línea más radical de que el grupo no debe negociar la paz con Estados Unidos y el impopular Gobierno del presidente Hamid Karzai mientras esté en una posición de fuerza.

El reporte del Ejército estadounidense podría impulsar la confianza de los talibanes y hacer que sus líderes estén menos dispuestos a hacer concesiones sobre demandas clave para un cese del fuego y para que rompan sus relaciones con Al Qaeda.

Pero el embajador británico en Kabul, William Patey, escribió en su cuenta oficial de Twitter que "si elementos de los talibanes creen que en el 2015 pueden tomar el control de Afganistán, se van a llevar una sorpresa". No aclaró si se estaba refiriendo directamente al documento filtrado.

Horas después del reporte de The Times, los talibanes afganos dijeron que no habían acordado ningún proceso de negociación de paz con la comunidad internacional, "sobre todo con los estadounidenses".

El vocero talibán Zabihullah Mujahid indicó en un comunicado que antes de cualquier negociación deben completarse medidas para generar confianza, presionando a Washington para que cumpla con las demandas de liberar a cinco talibanes bajo su custodia.

El movimiento islamista también señaló que no tenía planes de sostener conversaciones de paz preliminares con el gobierno afgano en Arabia Saudita, rechazando los reportes de los medios que hablaron sobre conversaciones en el reino.

El documento citado por The Times dijo que la poderosa agencia de seguridad de Pakistán, la Inteligencia Inter-Servicios (ISI), estaba ayudando a los talibanes a dirigir ataques contra fuerzas extranjeras, una acusación que ha sido a menudo negada por Islamabad.

VISITA DE MINISTRA
El reporte opacó la visita a Kabul de la ministra de Relaciones Exteriores paquistaní, Hina Rabbani Khar, en una misión para reparar las tensas relaciones diplomáticas con el gobierno de Afganistán y para reunirse con el Presidente Karzai para discutir posibles conversaciones de paz con los talibanes.

"Puedo ignorar esto como una filtración potencialmente estratégica (...) Esto es vino viejo en una botella aún más vieja", dijo a periodistas, reiterando la postura paquistaní de que no está apoyando a grupos extremistas que quieren derrocar al Gobierno respaldado por Estados Unidos en Kabul.

Khar, cuya visita fue la primera reunión de alto nivel en meses entre funcionarios de ambos países, agregó que los vecinos deben dejar de acusarse mutuamente por las tensiones en sus relaciones transfronterizas.

The Times dijo que el informe "altamente clasificado" fue elaborado por el Ejército de Estados Unidos en la base aérea de Bagram en Afganistán para altos oficiales de la OTAN el mes pasado.

Grandes extensiones de Afganistán ya han sido devueltas a las fuerzas de seguridad afganas y se prevé que las últimas tropas de combate extranjeras dejen el país a fines del 2014.

Pero muchos afganos dudan de que su Ejército, fuerzas de seguridad o policía sean capaces de tener un firme control de uno de los países más inestables del mundo cuando se vayan las tropas extranjeras de combate.

El documento podría dejar a algunos estrategas en Washington preguntándose si la guerra valió el alto costo en financiamiento y vidas humanas.

Hasta fines de enero, 1.889 soldados estadounidenses habían muerto en Afganistán en un conflicto iniciado después de los ataques del 11 de septiembre del 2001, que ha costado casi medio billón de dólares de las arcas estadounidenses.

Las nuevas acusaciones de una supuesta colaboración de Pakistán con los talibanes probablemente provocarán una mayor tensión entre las potencias occidentales e Islamabad.

Pakistán está revisando actualmente sus relaciones con Estados Unidos, que han sufrido una serie de reveses desde que una incursión unilateral estadounidense que terminó con la vida de Osama bin Laden en suelo pakistaní en mayo del año pasado humilló a los poderosos generales del país.

Un ataque aéreo transfronterizo de la OTAN del 26 de noviembre que provocó la muerte de 24 soldados pakistaníes profundizó la crisis, llevando a Pakistán a cerrar las rutas de suministro a las fuerzas de la alianza en Afganistán.

A pesar de la presencia de unos 130.000 soldados extranjeros, la violencia en Afganistán está en su peor momento desde que los talibanes fueron derrocados por las fuerzas afganas respaldadas por Estados Unidos a fines del 2001, según Naciones Unidas.

Los talibanes anunciaron este mes que podrían abrir una oficina política en Doha, la capital de Qatar, para apoyar posibles conversaciones de paz con Estados Unidos.