Mayor competencia en la industria aeronáutica y, a consecuencia de eso, menores tarifas. Esos serían los efectos que traería el acuerdo comercial de cooperación o joint business agreement (JBA), que Latam Airlines, aerolínea controlada por la familia Cueto, está decidida a defender ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC).

Latam presentó ante la Fiscalía Nacional Económica (FNE) dos estudios económicos, uno elaborado por la consultora RBB, que evaluó los efectos del acuerdo con American Airlines; y otro por Butelmann Consultores, liderado por la ex ministra del tribunal, Andrea Butelmann, que analizó los alcances de la alianza con IAG, es decir, Iberia y British Airways.

El acuerdo comercial fue objetado por la Asociación Chilena de Empresas de Turismo (Achet), que acusa problemas a la competencia a causa de este acuerdo. Al mismo tiempo, otras aerolíneas como Sky, Avianca y Delta -entre otras- han acusado efectos similares, pues ven una especie de fusión de facto que podría reducir la competencia.

En su informe, Butelmann explica que se espera que los pasajes ofrecidos sean más baratos, y además aumenten las alternativas para los consumidores.

"El JBA propuesto entre Latam e IAG permitirá alcanzar eficiencias que no serían posibles de otra forma, al aumentar la oferta de vuelos entre Chile y Europa, respecto al escenario actual", señala ese trabajo.

La consultora advierte, además, que la amplitud de la red de destinos es relevante para los consumidores por la existencia de programas de pasajero frecuente, aumentando la posibilidad de acumular puntos en más viajes, y para dar una mayor flexibilidad y alternativas de horario.

Uno de los riesgos que señalan contrarios a la operación es que, de concretarse el JBA propuesto entre Latam e IAG, se podría provocar una disminución de la competencia en la ruta Santiago-Madrid sin escalas.

Sin embargo, Butelmann lo desestima, asegurando que es posible mitigar los eventuales riesgos para la competencia con una medida que impida a las partes de la operación reducir el número de frecuencias en dicha ruta. "Además, la conexión entre Chile y Europa vía Madrid ofrecida por Latam e IAG, existen alternativas sin escalas ofrecidas por Air France y Alitalia, compañías que presentaron una participación de mercado conjunta de 42% en mayo de 2016, y ya ejercen presión a Latam e IAG", se agrega.

En resumen, dada la evolución de la competencia entre alianzas en este mercado, la consultora estima que el JBA propuesto no modifica mayormente las condiciones actuales de competencia, puesto que ambas compañías ya pertenecen a la alianza OneWorld, subraya.

Operaciones a EEUU

El informe de RBB, en tanto, asegura que la evidencia mayoritariamente indica que las aerolíneas que tienen algún tipo de acuerdo poseen tarifas menores a aquellas que no. En general, mientras más estrecho es el grado de cooperación, mayor es la reducción observada en las tarifas. Otro beneficio es la mayor disponibilidad de vuelos y opciones tarifarias para los viajeros.

Por ello, se considera que un acuerdo de cooperación como el propuesto trae una serie de beneficios para los consumidores, que deberían traducirse en una mayor oferta de vuelos entre Chile y diversos puntos de EE.UU. y Canadá, con la consecuente disminución de los precios promedio de dichos vuelos.

La única preocupación que podría levantar este JBA se circunscribe a la ruta Santiago-Miami, pero se estima que es posible mitigar los eventuales riesgos para la competencia con una medida que impida a las partes de la operación reducir el número de frecuencias en dicha ruta.

A juicio de los consultores, un acuerdo entre dos empresas que suministran productos complementarios cambian sus incentivos, pues pasan a fijar tarifas más baratas para estimular la demanda, siendo este vector, el interés de los usuarios, el que pasa a marcar sus ganancias. Eso, plantean, es lo que está pasando en la industria a nivel mundial.