El profesor de Ingeniería y Gestión de la Construcción de la Universidad Católica (UC), Guillermo Thenoux, y su equipo investigador, lograron reducir en un 14% la fatiga y el agrietamiento de los pavimentos de asfalto, gracias a la acción antioxidante de los orujos de uvas provenientes de las cepas Cabernet Sauvignon.
A nivel mundial, un 95% de los pavimentos son de asfalto, cuya principal ventaja es su flexibilidad en comparación a los de hormigón. Sin embargo, con el paso del tiempo dicho material incrementa su rigidez frente al proceso de oxidación, volviéndose frágil y propenso a sufrir agrietamientos.
"Entre las principales técnicas para reducir el envejecimiento del asfalto, está el uso de químicos que disminuyan su tasa de oxidación y prolonguen su vida útil. De ahí la idea de incorporar el orujo de uva deshidratado y pulverizado, porque es un producto con una alta capacidad antioxidante", destacó el profesor Thenoux.
Agregó que una de las mayores dificultades que presentó el estudio, fue aislar y probar el efecto del antioxidante en asfalto. Para esta investigación, se caracterizó a nivel de laboratorio el comportamiento del material modificado con orujo.
"Los resultados demostraron que las muestras de pavimentos con un 10% de adición de antioxidante de orujo de uva, redujeron el factor de fatiga en un 14%. Además mejoraron su comportamiento frente al agrietamiento que experimentan a baja temperatura", precisó el ingeniero UC.
En paralelo, las muestras fueron sometidas a tratamientos de envejecimiento de corto y largo plazo, según los estándares internacionales para el desarrollo de pavimentos asfálticos de alto desempeño.
Para el profesor UC estos resultados sugieren que el orujo de uva podría constituir una alternativa factible para la reducción del daño oxidativo en ligantes asfálticos, contribuyendo así a mejorar la durabilidad de los pavimentos.
Los investigadores han calificado a dicho bioproducto como la fuente de antioxidantes más promisoria. Esto considerando que un 20% de la producción mundial de uvas se transforma en orujo.
Según la Organización Internacional de la Viña y el Vino, la producción mundial de uva alcanzó unos 76 millones de toneladas en 2016, de las cuales cerca de 40 millones fueron destinados al sector vitivinícola.
El estudio es parte de un proyecto Fondecyt, que tuvo además el apoyo de la Universidad de la Frontera, de Vialidad del MOP y del Centro de Ingeniería e Investigación Vial del DICTUC. También trabajaron dos alumnos de doctorado del profesor Thenoux, Alejandra Calabi y Gonzalo Sandoval.