Sureño, ex carabinero y aficionado por los drones. Nelson Lagos (42) es la cara invisible del exitoso proyecto de drones de seguridad implementado por el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, hace seis meses y que ya es imitado en el resto del mundo.
Comenzó como un hobby. Hace seis años y mirando imágenes de otros países, a Nelson le surgió la duda sobre cómo se podían efectuar grabaciones en altura con tal nivel de estabilización de la imagen. Ahí descubrió los drones. Adquirió una aeronave con su propio patrimonio -de las pocas marcas que en ese entonces había en Chile- y comenzó a trabajar tomando fotos en eventos de empresas o matrimonios.
Esto, mientras cumplía el rol de inspector municipal motorista en la comuna, alcaldía donde trabaja desde hace 17 años.
Pero su interés por estos nuevos aparatos lo llevó más lejos y se especializó en el manejo de las máquinas hasta operarlas casi a la perfección. Fue entonces que se comenzó su aventura.
"Me demoré alrededor de tres meses. El alcalde asumió en diciembre, pero yo desde septiembre empecé a mandarle el proyecto", cuenta Nelson. "En enero recién me dieron audiencia con una persona de la alcaldía y en alguna oportunidad me dijeron 'bueno y tú para qué quieres hacer esto'. Mi respuesta fue sencilla: nosotros tenemos una municipalidad que tiene recursos, que puede hacer muchas cosas, hay mucha gente que tiene proyectos y que no han sido escuchados".
"Yo le dije: 'No quiero llegar el día de mañana, prender la tele y que otra municipalidad diga que van a implementar los drones'. Y pasó. Al día siguiente de esa entrevista, la edil de Providencia sale en las noticias diciendo que va a poner un servicio de drones. Rápidamente, a las dos horas, suena mi teléfono y la misma persona que me había entrevistado me dice 'el alcalde quiere que el lunes le presentes el proyecto porque lo va a hacer sí o sí'".
Según el ex funcionario de Carabineros, la reticencia del municipio no se debía a falta de confianza en su proyecto, sino que "faltaba que alguien se convenciera de eso. Uno cuando les dice 'dron' se imaginan un dron de juguete pero no se imaginaban las características del dron que yo estaba presentando y lo que se podía hacer".
"Llegó el lunes. Ese día llegó el alcalde en la mañana, yo tenía listo mi Power Point para hacer mi presentación pero no tuve ni oportunidad de presentarla porque lo primero que hicimos fue irnos al parque y presentárselo al canal siete", comenta Nelson. "Le hablé unos 10 o 15 minutos sobre el proyecto y el alcalde lo captó todo. Es muy inteligente, lo mismo que le dije yo, él lo transmitió. Después de eso, fuimos a la oficina y ahí se lo presenté".
EL PILOTO
¿Qué se necesita para ser piloto de dron?
"La norma en Chile la regula la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). Hay una norma que es para vuelo en lugares públicos y que exige que el operador que vuele en la ciudad en lugares públicos debe tener su dron inscrito, su credencial como operador, un seguro y una autorización de vuelo. Esas cuatro cosas tiene que tener un operador de dron que vuele en ciudad. Todos los drones que pesen arriba de 750 gramos -incluidos los que venden en centros comerciales- están dentro de la norma".
"En las tiendas te venden el dron pero no te dicen que tienes que tener credencial, y si tú ocasiones un accidente en un lugar público y toma conocimiento la DGAC, lo más probable es que se efectúe una investigación. Y si ya se ponen muy pesados, pueden cursar una infracción que puede ir de los 10 millones a los 120 millones de pesos".
¿Dónde aprendiste a volar drones?
"Para operar drones aquí en Chile no hay ninguna academia o entidad que esté avalada por el Estado que te certifique a ti como piloto. Todos los que hemos aprendido lo hemos hecho por experiencia. Yo llevo cinco o seis años operando dron y solamente por experiencia. Empezó como hobby, ya después se transformó en un trabajo y ahora prácticamente es parte de mi rutina diaria en la Municipalidad".
El dron que muestra Nelson marca DJI MATRICE600 PRO -una de las tres aeronaves con las que cuenta la Municipalidad- pesa 9 kilos, cuesta $14 millones y tiene un zoom de 6 kilómetros. Contiene un paracaídas de emergencia, sensores de proximidad, caja negra y puede levantar hasta 8 kilos de peso para transportar kits de emergencia o aparatos electrónicos.
¿Con este nivel de zoom, cómo se resguarda la privacidad de las personas?
"No hay nada que impida que el dron grabe lugares privados, pero cuando nosotros nos dirigimos a una plaza o a un lugar, recién empezamos a grabar cuando ya estamos posicionados. En este caso el dron, tiene la gran factibilidad que es el zoom de su cámara, entonces muchas veces no tenemos que andar volando largos trayectos. Nosotros nos elevamos en el mismo lugar en que estamos manipulando el dron y desde ese lugar enfocamos. Es muy raro que vean el dron volando por un circuito, siempre lo van a ver detenido".
"Además, nosotros como funcionarios públicos estamos contratados bajo la Contraloría y hay todo un requerimiento para ser funcionario público. Exámenes médicos, exámenes sicológicos. Yo como encargado de esta brigada también busqué gente idónea, responsable".
Nelson comenta que todas las imágenes captadas por el dron quedan almacenadas en un computador sin acceso a internet -de manera que las imágenes no se puedan filtrar- y permanecen ahí durante 30 días. "La gente está en todo su derecho de ir al departamento de seguridad pública y pedir las grabaciones de ese día con hora y fecha, todo queda registrado".
EL DISPARO
Pero la aeronave que pilotea el ex carabinero no ha estado exenta de accidentes.
"En una oportunidad, en una vigilancia que estábamos efectuando en Colón oriente, este equipo fue siniestrado por un misil balístico. Nos dimos cuenta cuando aterrizamos el dron que venía incrustada una bala, un postón de alto calibre. Gracias a Dios no le pasó nada al dron, se rompió, pero no cayó ni se incendió que es lo que debería haber pasado. Es muy difícil que a un dron lo derriben".
El peligroso episodio le sirvió a Nelson para adoptar precauciones en otras operaciones. Sin embargo, asegura que en general el resultado de este servicio ha sido exitoso, sobre todo en lo que es microtráfico y detección de transacciones de venta de drogas en el sector.
A LO "CHILENSIS"
Los drones que maneja Nelson tienen algo en particular. Con el ingenio y experiencia tanto de él como de su equipo técnico, crearon un sistema eléctrico que permite darle voz al dron. De esta manera, al momento de enfrentar un operativo de robo o transacción de estupefacientes, el operador puede hablarle al sujeto a kilómetros de distancia. Asimismo, se le agregó una luz especializada a la aeronave para enfocar de noche, similar a como actúa un helicóptero.
Estas innovaciones han hecho a estos drones únicos en el mundo y han captado la atención de países como Argentina, Japón, Estados Unidos, China y Bolivia.
"Esto ha tenido una trascendencia muy grande. El servicio de drones para la vigilancia en Chile no se había hecho, menos con un parlante y una luz. Si bien el alcalde dijo que fue algo 'a lo chilensis', efectivamente dio resultado".