Inglaterra llegó con números perfectos en las clasificatorias a la Eurocopa. Pero en el torneo que se disputa en Francia el camino ha sido mucho más difícil. Tras sufrir el empate de Rusia en los descuentos en el debut, ahora el cuadro de Roy Hodgson debió trabajar mucho para imponerse por 2-1, también en el epílogo del compromiso, ante Gales.
El partido, que se jugó bajo fuertes medidas de seguridad por el temor a enfrentamientos entre los hinchas, fue similar al duelo con los rusos. Inglaterra dominando el trámite y fallando en la definición.
Pero esta vez fue el rival el que abrió el marcador gracias a su gran figura. Al igual que en el triunfo ante Eslovaquia, Gareth Bale anotó de tiro libre (42'), aunque debe agradecer en parte al arquero Joe Hart.
Inglaterra comenzó el segundo tiempo con la urgencia de saber que una derrota complicaba mucho sus opciones. Y tanta presión logró resultado a los 56', gracias a Jamie Vardy, que había ingresado tras el descanso. Fue una definición en la que hay que destacar al árbitro y sus asistentes, ya que el delantero inglés parecía adelantado por su posición, pero la jugada era válida porque recibió la pelota tras el cabezazo de un rival.
Pero el empate y sumar sólo dos puntos a falta de una jornada era muy poco para Inglaterra. El 1-1 dejaba con cuatro unidades a los galeses, a quienes no les molestaba terminar así el partido.
De esta forma, en la última parte del encuentro se reforzó la dinámica de todo el partido: Inglaterra se instaló en la zona rival buscando el triunfo, con Gales desplegando toda su capacidad defensiva para cuidar el empate.
Y esta vez se impuso el que buscó el triunfo. En el segundo minuto de descuento, Sturridge (que al igual que Vardy entró en el inicio del segundo tiempo), desató la euforia inglesa, con el 2-1 que dejó al equipo como líder del Grupo B.