"Esta es una intervención de urbanismo táctico inédita en Latinoamérica, que va estar en constante evolución. Queremos recuperar la ciudad, que no sea un centro duro, sino que sea un espacio amigable". Así describió hoy el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, el nuevo Paseo Bandera, en pleno casco histórico de la capital.
La calle estuvo cerrada durante casi cinco años, debido a los trabajos de la Línea 3 del Metro, y hoy se reabrió con una sorpresiva estética en el asfalto. Se trata de un enorme mural de 3.300 metros cuadrados con tres motivos diferentes a lo largo del trayecto entre calle Moneda y Compañía de Jesús.
La recuperación de Bandera fue considerada como un avance por la autoridad municipal, debido a que en los últimos años se utilizó principalmente como estacionamiento vehicular. Así, aunque el permiso para mantener cerrada la vía termina el 31 de agosto de 2018, el alcalde Alessandri expresó su deseo de que continúe como paseo peatonal.
"Vamos a pelear para que se quede así. El alcalde Mekis hace 40 años tuvo la visión de hacer el centro peatonal. Nosotros queremos seguir esa visión y devolverle estos espacios al peatón. Esta calle no aportaba nada a la ciudad, solo autos estacionados", afirmó el edil.
Tramos
El proyecto del Paseo Bandera crea tres espacios de reunión distintos, unidos por la pintura a nivel de piso que tiene un diseño específico para cada tramo. En toda su extensión, se combina arquitectura, arte y diseño, y permite que las personas "recorran un tejido geométrico a medida que avanzan sobre él".
"Queremos transformar a Bandera en un hito urbano que devuelva esta calle a las personas y ciclistas, transformándose en un punto de encuentro ciudadano, de recreación, contemplación y descanso al aire libre único en la ciudad", dijo Dasic Fernández, director de Estudio Victoria, a cargo del proyecto.
El primer tramo, que va desde Moneda hasta Agustinas, es definido como un espacio de conexión social y cuenta con mobiliario urbano que incluye bancas, mesas altas y graderías.
El segundo es un espacio artístico, con inspiración sustentable. Allí la intervención cuenta con jardineras, bicicleteros y una estructura artística sustentable, con energía fotovoltaica que se ilumina de noche.
El último sector, que va desde Huérfanos hasta Compañía, tiene una característica patrimonial. Este tramo es contiguo al Museo Precolombino y contará con instalaciones de exposiciones y módulos de descanso.
"La idea es proponer una arquitectura sensible, 'cariñosa', que se apodere de los sentidos del habitante. Más de 150 personas trabajaron para que esto fuera posible, 20 artistas pintaron a pulso este espacio durante más de 10 días, convirtiéndose en el segundo mural de piso más grande del mundo", agregó Fernández.
El financiamiento del proyecto se logró gracias a una alianza entre la Municipalidad de Santiago, Banco Santander y la cerveza danesa Carlsberg.