Cuando se va perdiendo un clásico, la forma no importa mucho. La cosa es evitar perder contra el archirrival. Así lo pensó un fanático del Olimpia, que veía cómo su equipo caía ante el Motagua por 2-1.

En el minuto 93', el fanático, sin polera, agarró un balón y marcó el tanto, al mismo tiempo que Roger Rojas marcaba el empate. El árbitro Óscar Moncada hizo caso omiso del ingreso del barrista, y validó el tanto que significaría el 2-2 final.

Amilcar Burgos, miembro de la Comisión Nacional de Arbitraje en Honduras, aprobó el "siga siga"  de Moncada: "Actuó bien, haciendo su propia lectura e interpretación del reglamento", afirmó.