En los últimos 10 años, en Chile se han instalado con fuerza  una serie de instituciones que buscan acoger y fomentar la independencia económica de las mujeres. Entidades como Mujeres Emprendedoras, Mujeres del Pacífico y Emprendedoras de Chile, son algunas de las que han tomado fuerza y peso en el escenario económico local, entregando asesorías y herramientas para que cada vez más mujeres se atrevan a emprender y a ser sus propias jefas.

Pero el escenario en el que se desenvuelven las mujeres ha cambiado. Ya no solo sueñan con emprender, sus metas van más allá. Estabilidad a largo plazo, exportación de sus productos e igualdad de género son sus principales desafíos en el Chile actual.

Empoderamiento 

"Si retrocedemos a unos nueve años atrás, las instituciones que apoyaban a las mujeres con sus emprendimientos eran pocas, no como ahora. En los últimos años se han desarrollado más programas e instituciones, la mujer se ha empoderado y está más decidida a tomar riesgos. Ya no es solo tener tu pequeño negocio, es ser tu propia jefa", cuenta Johanna Reyes, fundadora de Mujeres Emprendedoras.

La historia de Mujeres Emprendedoras comienza el año 2006 "cuando noté que las instituciones que habían no cubrían todas las necesidades de las mujeres que querían emprender. Decidí involucrarme y hacer algo, aunque no ganara nada", relata Johanna, y agrega: "a la fecha, trabajamos con aproximadamente 200 mujeres. La mujer de hoy tiene ideas y ganas, hay un empoderamiento femenino y se debe aprovechar", sostiene.

Por parte de Mujeres del Pacífico -institución presente en cinco países de Latinoamérica- el empoderamiento femenino se afirma. Según un estudio elaborado por la institución, 36% de las mujeres empresarias chilenas se siente lista para internacionalizar sus productos y/o servicios.

"Sin duda exportar es un gran desafío, lo que se debe a que cada vez las mujeres están más dueñas de su tiempo, de su espacio y de sus negocios. Esto ha hecho que mujeres empresarias y emprendedoras se sientan cada vez más confiadas y menos disminuidas frente a lo que significa tener la capacidad para diversificar su producto o servicio", comenta Ángeles Undurraga, directora ejecutiva de Mujeres del Pacífico.

Otro factor altamente valorado por las mujeres cuando se encuentran desarrollando un proyecto, son las redes de contacto. Bajo esta lógica nace Emprendedoras de Chile, una ONG que está presente a lo largo de todo Chile con aproximadamente 1.300 emprendedoras.

"Con 11 amigas creé un grupo en Facebook en febrero del 2011, llamado Mujeres Emprendedoras de Chile, todo con la intención de que las mujeres que querían emprender nos hicieran preguntas y nosotras las fuéramos ayudando. La idea original era ayudar a algunas mujeres y causar un pequeño impacto positivo en la sociedad. Nunca nos imaginamos que eran muchas las que buscaban algo así", relata Mary Montesinos, directora de la organización.

En Emprendedoras de Chile han observado cómo las necesidades de las mujeres han ido cambiando por lo que, paralelamente, han  modificado sus focos de trabajo.

"Queremos ayudar a disminuir la brecha de género que  existe entre el emprendimiento masculino y femenino", explica Mary. Añade que "también buscamos que no solo el Estado nos apoye, sino que también lo haga la empresa privada", finaliza.

Valoración

"Ver para creer". Probablemente más de una persona piensa eso al momento de leer acerca del trabajo que desempeñan estas instituciones. Pero la eficiencia y preocupación por las emprendedoras de estas agrupaciones es real. Las mujeres que han pasado por ellas dan la razón y cuentan sus experiencias.

Marjorie Díaz -una emprendedora dedicada a la papelería- decidió arriesgarse con un pequeño emprendimiento cuando su esposo sufrió una grave trombosis. "Había que generar recursos y me vi obligada a dejar mi profesión para cuidarlo", relata.

La primera institución que acogió a Marjorie y que confió en su emprendimiento fue Banigualdad. Luego de la experiencia allí decidió probar suerte y buscar ayuda en otras partes hasta que llegó a Emprendedoras de Chile.

"Mi paso por el grupo ha sido maravilloso. He leído y conocido casos de mujeres excepcionales, maravillosas, tenaces, y estar entre ellas me permite retroalimentarme permanentemente (…) Ahora soy mi jefe, aporto en gran parte al sustento económico de mi hogar, doy trabajo a otras mujeres y siento en lo más profundo de mi corazón que fue la mejor decisión que pude tomar", cuenta.

Ximena Sepúlveda es otra emprendedora de la organización y relata que "allí he conocido interesantes instrumentos de gestión para la organización y planificación de mi empresa. También he compartido experiencias con otros emprendimientos obteniendo luces para el camino de crecimiento".

Por su parte, Mujeres del Pacífico no se queda atrás, han demostrado una y otra vez que no hay impedimentos para que las mujeres puedan comercializar sus productos fuera de Chile.

María González es una emprendedora dedicada a la confección de ropa. Cansada de vivir en el ajetreo de Santiago tomó una "alocada" decisión junto a su marido y ambos renunciaron a sus trabajos y partieron a vivir a Puerto Varas. Una vez allí notaron que lo ideal era desligarse totalmente de Santiago y comenzar de cero.

"Mujeres del Pacífico fue una pieza clave en el proceso del decidir ser independiente y lanzarse a esto. Allí me entregaron las herramientas que me demostraron que sí era posible emprender y que con internet es posible vender desde un lugar recóndito a todo el mundo", acota María.

A pesar de la buena valoración y apreciación que tienen estas mujeres del trabajo desarrollado por estas instituciones, es de consenso general que aún faltan instituciones que las apoyen y crean en sus capacidades.

"Son muchas las mujeres en Chile que deciden emprender y hay que ayudarlas. El escenario actual es mucho más favorable, pero quedan tareas pendientes. En eso hay que trabajar y eso continuaremos haciendo", finaliza Johanna Reyes, directora de Mujeres Emprendedoras.