Un trozo de ruralidad sureña en pleno corazón de Santiago. Los arquitectos Nicolás y Héctor Ducci se encuentran trabajando en Villarrica, en la restauración de un granero de 122 años, que emplazarán el 10 de abril en el hall de entrada del Centro Cultural Palacio de La Moneda. El proyecto, acogido a la Ley de Donaciones Culturales, será la antesala a la exposición "Chile: Paisaje y territorio", que tendrá lugar bajo la Plaza de la Ciudadanía y se exhibirá hasta el 17 de agosto.
Los arquitectos visitaron, durante medio año, más de cien de estos galpones en el sur de Chile e incluso, conocieron la experiencia de construcciones similares con la comunidad amish de los Estados Unidos. "Este granero en específico fue un apiario de la familia Siebald Schröeder, una de las 85 que llegaron con la primera oleada de colonos alemanes. Llevamos dos meses dedicados a su recuperación", señala Nicolás. El galpón, de madera de ulmo y roble pellín y con una superficie de 113 m2, fue rescatado de su lugar original en la Región de Los Lagos, porque un río en la zona está erosionando el terreno. "Para nosotros, es muy importante no retirar construcciones de su entorno, pero si no podría haberse caído y hubiesen hecho leña de esta obra maestra de ingeniería", agrega Héctor. Por un asunto de espacio, eso sí, sólo instalarán una mitad de ella.
La técnica detrás de este tipo de construcciones es lo que más desean destacar estos dos hermanos: denominada "cajón y espiga", consiste en el ensamblaje de grandes vigas de madera sin el uso de pernos ni clavos, "como un mecano gigante, sólo encajes y uniones", señala Nicolás. "El edificio más antiguo realizado con este sistema data de 1290, en Gran Bretaña. A Chile llegó a través de los colonos alemanes, por los ingleses en Valparaíso, Punta Arenas y las salitreras", destaca Héctor. Asimismo, señalan que éstos no sólo eran utilizados como grandes despensas: muchas familias dormían dentro y era el hogar provisorio para comenzar a echar raíces. "Todo se basaba en la lechería, la agricultura y los animales, que debían mantenerse bien abrigados. Una vez que se tenía el dinero, se hacía la casona". Asimismo, por su estructura, funciona como un gran mueble antisísmico. "Los ensamblajes se mueven durante los temblores como rodillas en el cuerpo humano", agregan los arquitectos.
Será traído en las próximas semanas por un camión con las piezas numeradas y, luego de pasar unos días en una bodega de Quinta Normal, llegará a la esquina de Alameda con Morandé. "La idea es situar a los visitantes en un contexto de sorpresa, reflexión y memoria, que les permita conectarse con experiencias e historias que conforman nuestra idea de paisaje y territorio", cuenta la encargada de Investigación y Contenidos del Centro Cultural Palacio de La Moneda, Daniela Berger, quien destaca que es la primera vez que realizan una intervención de este tipo.
El peligro de la leña
Según los arquitectos, un ejemplo de esta técnica son las iglesias de Chiloé, declaradas Patrimonio de la Humanidad. "Sin embargo, los graneros están convirtiéndose en leña. Por eso queremos volver a erigir este galpón y colocarlo a vista y paciencia del público y, en especial, de los estudiantes de arquitectura. Es el momento justo para rescatar esta información y no olvidarla".
También ese fue el interés del Ministerio de Educación, la Dibam y el Goethe Institut de patrocinarlos. "Consideramos que este proyecto representa un real aporte tanto en el ámbito del patrimonio natural como cultural de nuestro país", menciona Rosario Mena, directora de Proyectos de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, que también respalda esta intervención urbana.
Pero la ingeniería de este galpón no sólo es un homenaje al pasado. "Los lofts -que de hecho, es la palabra inglesa para el piso superior de un granero utilizado como bodega- nacieron a través de esta idea. Los rascacielos, en parte, también. Hay un vínculo interesante con lo moderno. Y además, puede usarse pino y eucalipto, no sólo madera nativa como roble pellín, coigüe, ulmo y alerce, por el tema de la tala del bosque".
El toque inaugural de este granero migrante a Santiago será la celebración de sus tijerales, llamada así por la estructura que soporta la techumbre de un inmueble, y es donde los obreros ponen una bandera para avisarle al jefe que se logró la meta.