Instituto de Finanzas Internacionales anticipa recorte en calificación de Chile
Según entidad, el bajo crecimiento y la erosión de cuentas fiscales provocaría rebaja en 2017 o 2018. Además, acusa que la reforma tributaria no ha logrado ninguno de los objetivos comprometidos.
El deterioro registrado en las cuentas fiscales de Chile -en medio de un escenario de bajo crecimiento- llevaría a alguna de las clasificadoras de riesgo a rebajar la nota crediticia del país, anticipó el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, su sigla en inglés).
En un informe titulado "Nota de investigación de Chile: Se avecina un recorte crediticio", la asociación global de instituciones financieras recordó que dos de las tres agencias -Fitch en diciembre de 2016 y S&P Global Ratings en enero- revisaron la perspectiva soberana de 'estable' a 'negativa', dado el alza en el déficit fiscal y la deuda pública.
"Si bien otros países en la región están experimentando problemas en las finanzas públicas, la caída en el balance de Chile se ha agravado con una de las tasas de crecimiento más bajas entre sus pares crediticios", aseguraron Brent Harrison y Ramón Aracena.
Los expertos precisaron que, dado el débil ritmo de expansión y el hecho que el país tiene uno de los menores ingresos per cápita dentro de su categoría, "un mayor debilitamiento de las cuentas fiscales podría impactar adversamente la calidad crediticia".
Los analistas detallaron que, por primera vez desde 2004, la deuda bruta local superó los ahorros el año pasado, lo que provocó que la nación perdiera su estatus como acreedor neto. Esta situación se produjo en medio de un aumento sostenido en el ratio deuda/PIB, con la deuda del gobierno central llegando a superar en más de cinco veces el nivel registrado en 2007.
A esto se suma el alza del déficit fiscal desde 2,8% del PIB a fines de 2016 a 3,2% en marzo, a medida que el mayor gasto en educación y salud sobrepasa la subida en los ingresos lograda con la reforma tributaria de 2014.
Mientras, los ingresos públicos han disminuido desde 24% del PIB al cierre de 2008 a casi 20% en el primer trimestre de 2017, el gasto ha trepado desde 19% a 24% del PIB en el mismo período.
Si bien la reforma de 2014 fue diseñada para añadir ingresos por el 3% del PIB para financiar una mayor inversión en educación y reducir la brecha fiscal, Harrison y Aracena comentaron que "ninguno de estos objetivos se ha logrado, lo que pone sobre el tapete el diseño de las reformas".
Con todo, los especialistas del IIF estiman que "la combinación de tasas de crecimiento continuamente bajas y la rápida erosión del balance llevarán a un recorte en la nota crediticia de Chile, dentro del grado de inversión, este año o el próximo".
Los expertos alertaron que las condiciones podrían ser más desafiantes después de 2018, a medida que los recursos adicionales de la reforma se agotan y las presiones de gasto se mantienen.
"La próxima administración estará encargada de enmendar estas tendencias problemáticas, ya que históricamente el marco fiscal del país ha apuntalado la confianza de los inversionistas, la base del éxito de la economía chilena abierta de mercado", concluyeron.
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