Para muchos es considerado el máximo acercamiento humano a otra civilización: el 15 de agosto de 1977, Jerry Ehman, profesor de la U. Estatal de Ohio (EE.UU.) captó con el radiotelescopio Big Ear una señal desde la constelación de Sagitario. La desconocida frecuencia duró 70 segundos y fue registrada por el computador del observatorio. Al revisar el registro impreso, Ehman descubrió la misteriosa señal, sobre la que escribió Wow! Desde entonces, el registro es conocido como la señal Wow, y es, tal vez, la pista más convincente de la existencia de vida extraterrestre.

Ehman y el radiotelescopio Big Ear fueron parte del proyecto Seti, sigla en inglés de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, una iniciativa científica destinada a encontrar señales de vida fuera de la Tierra.

El miércoles, dos de los científicos del proyecto, Dan Werthimer, director del Centro de Investigación de Seti en la U. de California, en Berkeley, y el investigador Seth Shostak, señalaron ante el Comité de Ciencia y Tecnología del Congreso de EE.UU. que la posibilidad de hallar vida extraterrestre está muy cerca. "Dependiendo del financiamiento, sucederá en los próximos 20 años", dijo Shostak durante su audiencia, solicitada por el Congreso para revisar los avances científicos en la búsqueda de vida extraterrestre.

"Si hay unas 10 mil civilizaciones emitiendo señales de radio en nuestra galaxia, entonces tenemos que mirar al menos unos pocos millones de sistemas estelares para encontrar una de ellas. Gracias a las mejoras en la tecnología usada por Seti, vamos a ser capaces de hacerlo en las próximas dos décadas", dice Shostak a La Tercera.

Werthimer dijo a los congresistas que la posibilidad de hallar vida microbiana extraterrestre es "cercana al 100 por ciento."

AGUA LIQUIDA

El consenso científico es que la búsqueda de vida inteligente en otros mundos se debe concentrar en aquellos planetas que orbiten a una distancia que han bautizado como zona habitable, es decir, una región en que el agua pueda permanecer líquida.

Los científicos calculan que en la Vía Láctea hay 800 mil millones de estrellas. Sólo el telescopio espacial Kepler ha descubierto más de 1.700 planetas en la zona habitable.

Sin embargo, Shostak dice que la búsqueda no sólo debe concentrarse en galaxias lejanas. "También podríamos encontrar vida microbiana mucho más cerca... en Marte o en una de las lunas de Júpiter y Saturno, que parecen tener agua, ya sea en su superficie o debajo de ella".

El punto, dice, es construir el equipo y financiar a los científicos para realizar la búsqueda. "Los métodos para encontrar vida implican el desarrollo y lanzamiento de naves que puedan perforar la superficie de Marte, o una que obtenga una muestra de los géiseres de las lunas Europa y Encélado".