Hasta aquí, la relación entre Sebastián Abreu y Puerto Montt era idílica. El delantero uruguayo había logrado convencer a los más escépticos fanáticos del equipo salmonero y, con los cinco goles que suma, se había transformado en una de las atracciones del Campeonato de Primera B. El sábado, sin ir más lejos, le anotó a La Serena. Y en el festejo se desahogó con un grupo de hinchas que lo había insultado. "Viejo de mierda", le gritaron al atacante de 40 años.

"La afición, la que está detrás del arco, un grupo de ellos, me gritó viejo de mierda. Entonces, me parece que a uno de los goleadores del campeonato, que te evoquen de esa manera y en lo personal, estoy haciendo una catarsis. Nunca lo sentí ni con los de River, ni con San Lorenzo ni Rosario Central, y ustedes saben lo que son", relató el artillero charrúa.

Luego envió un menaje a la hinchada portomontina. "He aprendido a no tener la hipocresía de ser amigo del campeón y sí a apoyar a la gente que necesita ganar. ¿Qué quiero decir con eso?Que a mí me enseñaron como aficionado a apoyar al equipo y alentarlo en los 90 minutos, porque quiero lo mejor y quiero ganar. Cuando termina el partido, todos los reclamos, críticas, cánticos y quejas uno los tiene que entender. Mientras la pelota rueda es traicionero el fútbol. Crees que estás ganando una pulseada con críticas y en un minuto se te da vuelta y te abrazas y festejas", reflexionó.