El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, consideró que tener a Cuba en la Cumbre de las Américas de Panamá fue un "broche de oro" para su gestión de diez años, que finaliza el próximo mes.

En una entrevista con dpa, el chileno, que será reemplazado el 26 de mayo por el ex canciller uruguayo Luis Almagro, hace un balance de la cumbre y de sus dos mandatos al frente de la organización.

¿Hubiera imaginado un broche mejor para su gestión al frente de la OEA que ver a Cuba sentada en la Cumbre de las Américas? 

En Cartagena se dijo que ésa era la última cumbre sin Cuba. Y en la séptima ocurre. Es un broche de oro que esté sentado ahí Raúl Castro. Ha hecho su presentación finalmente ante la cumbre, un poco larga, pero como él dijo: "Me deben seis cumbres, así que voy a hablar un poco más largo".

El tema de Cuba le ha seguido toda su carrera política. Cuando era ministro de Exteriores Chile restableció relaciones con Cuba. 

Restablecimos relaciones con Cuba en el año 1996, estaban demoradas ya. Y ésa fue una de las cosas que conseguí como ministro de Relaciones Exteriores. No es que yo sea particularmente afín a Cuba, pero a lo que no soy afín es la exclusión, dejar afuera no consigue nada y se perjudica el sistema.

¿Qué balance hace de la VII Cumbre de las Américas, del hecho que hayan estado los 35 países por primera vez juntos? 

Ha sido un éxito enorme desde el punto de vista de la participación. Desde el punto de vista del debate, creo que ha sido buena, ha tenido contribuciones muy valiosas, algunas veces ha tendido a agitarse demasiado. Algunos dicen que no quieren la confrontación, pero hacen discursos confrontacionales. Eso es natural. Había ganas de discutir.

¿Qué impacto tiene para la región el deshielo entre Estados Unidos y Cuba? ¿Se ha sellado en Panamá la reconciliación del continente con el apretón de manos de Obama y Castro? 

Yo creo que todavía falta mucho para eso. Es un paso. Como dijo Castro, una cosa es la reanudación de relaciones y otra cosa es la normalización. Lo que es importante es que no va a ser peor que antes. Lo que conseguimos primero es la normalidad. Cuba es signatario original de Carta Democrática Interamericana, nunca ha retirado su firma, por lo tanto no correspondía que estuviera fuera todos estos años.

¿Algún día veremos a Cuba en la OEA? 

Espero que sí, probablemente su aproximación, de producirse, se producirá en los próximos años, a través de otros organismos del sistema: la organización panamericana de la salud, el BID. Se irá acercando y finalmente vendrá la decisión política de incorporarse.

Obama no sólo se reunió en la cumbre con Raúl Castro, sino también con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. ¿Qué le parece? 

No conozco el contenido de la conversación entre ellos, pero me parece excelente que hayan conversado. Las cumbres son justamente para eso, para abrir posibilidades de reunirse y dialogar.

¿Cuál es su balance de estos diez años al frente de la OEA? ¿Cuál cree usted que es su mayor logro? 

El mayor logro es haber construido un clima de diálogo. Hay bastante división, pero cuando tienen algún problema que plantear lo plantean en la OEA. Finalmente prevalece la idea de que es necesario buscar un diálogo y entenderse.

¿Qué le gustaría haber hecho mejor? ¿En qué cree que se equivocó en su momento o le gustaría haberlo hecho diferente? 

Habría tenido que hacer antes una reforma para reducir las tareas de la organización. La OEA hace demasiada cosas. Se dispersa mucho. Y debería haber fortalecido más los temas de género.

¿El tema de Venezuela es una espinita que le queda ahí clavada? 

Sí, hubiera querido que nosotros hubiéramos podido estar en Venezuela, pero estoy satisfecho con la línea que ha intentado seguir la UNASUR. Sí creo, como se ha dicho en la cumbre varias veces, que en Venezuela se requiere un diálogo. Y un diálogo es escuchar, no es ir a vociferar lo que uno piensa y castigar a todos los que están dialogando con uno. Eso no es un diálogo.

Mucha gente dice -el presidente Rafael Correa lo dijo en la cumbre- que la OEA es un instrumento de Washington, ¿qué les responde? Quizá lo dicen porque Washington financia gran parte del presupuesto. 

Washington financia gran parte del presupuesto, pero déjeme decirle que la influencia del gobierno norteamericano hoy en día en la OEA es mucho menos de lo que la gente piensa, incluso podría ser mucho más con una presencia más activa, pero no es.

¿Habría que modificar el sistema de cuotas? 

He propuesto que Estados Unidos siga pagando la misma cantidad de dinero que paga, pero que esa cantidad de dinero sea solamente el 50 por ciento del total de los ingresos de la OEA y que los otros países se hagan cargo del 50 por ciento restante. Eso daría para una OEA más equilibrada.

Usted se ha dedicado toda la vida a la política. ¿Se va a jubilar? ¿Va a volver a la política chilena? 

Soy un político profesional. Voy a seguir trabajando en la política chilena. Pero, por ahora, no tengo ningún proyecto concreto.