Insurgentes radicales sunitas tomaron control el martes de gran parte de la segunda mayor ciudad de Irak, al invadir una base militar y liberar a mil de prisioneros en un ataque espectacular contra el Gobierno iraquí liderado por chiitas, que pidió al Parlamento que declare el estado de emergencia.
La captura de Mosul por parte del Estado Islámico en Irak y Siria (ISIS) también llamado Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL) -una rama de Al Qaeda- y sus aliados se dio luego de cuatro días de fuertes enfrentamientos en la zona y otras ciudades y pueblos del norte de Irak.
La caída de Mosul es un fuerte revés a los esfuerzos de Bagdad para luchar contra militantes sunitas que han vuelto a ganar terreno en Irak durante el último año e ingresaron a la ciudad la semana pasada.
El primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, pidió el martes al Parlamento que declare el estado de emergencia luego de la toma de control en Mosul por parte de los insurgentes.
A lo largo de la frontera en Siria, envuelta en tres años de guerra civil entre el presidente Bashar Al Assad y rebeldes que buscan derrocarlo, combatientes de ISIS han tomado el control de partes del territorio oriental cercano a la frontera siria-iraquí.
Militantes de ISIS de Irak se han unido a la batalla en Siria junto con otros combatientes extranjeros. El grupo yihadista está buscando establecer un Estado islámico conectando territorio que controla en el oeste de Irak y el este de Siria.
Funcionarios de la policía, el Ejército y de seguridad dijeron a Reuters que los insurgentes con armas antiaéreas y granadas habían tomado casi todos los puestos policiales y militares en Mosul y sus alrededores.
"Hemos perdido Mosul esta mañana. Fuerzas del Ejército y la policía dejaron sus posiciones y terroristas de ISIS están en control", dijo un coronel del Ejército en el comando local del Ejército. "Es un colapso total para las fuerzas de seguridad", agregó.
Dos oficiales del Ejército iraquí dijeron que las fuerzas de seguridad habían recibido órdenes para dejar la ciudad después de que militantes capturaron la base del Ejército de Ghizlani en el sur de Mosul y liberaron a más de 200 prisioneros de una cárcel de alta seguridad.
Las fuerzas del Ejército y la policía en retirada incendiaron depósitos de combustible y municiones para evitar que los militantes los usen, dijeron oficiales iraquíes.
Dos fuentes policiales y un funcionario del Gobierno local dijeron que militantes de ISIS habían también atacado una cárcel, permitiendo a más de 1.000 prisioneros escapar, a quienes identificaron como miembros de ISIS y Al Qaeda.
Miles de familias estaban huyendo de la ciudad hacia la región autónoma del Kurdistán, que comparte su frontera con la provincia de Nineveh, de la cual Mosul es la capital.
"Mosul es como el infierno. Está en llamas", dijo Amina Ibrahim, mientras dejaba la ciudad con sus hijos pequeños. "Perdí a mi marido en una explosión con una bomba el año pasado, no quiero que mis hijos lo sigan", agregó.