La mañana de hoy el intendente metropolitano, Claudio Orrego junto al alcalde de Santiago, Felipe Alessandri; de Recoleta, Daniel Jadue; de Independencia, Gonzalo Durán, se reunieron para coordinar el plan piloto de control al comercio ambulante.
Al respecto, Orrego señaló que con este nuevo plan esperan que se acabe de una vez por todas el comercio ilegal de la calles de Santiago. "El propósito es que se acabe, sabemos que va a ser difícil", explica.
"Esta humareda a las 6 o 7 de la mañana tiene que terminar, y no tiene que terminar por un capricho de la autoridad, sino por la salud de las personas y también para honrar y apoyar a quienes lo hacen de manera legal", agrega.
Sobre el plan, indicó, se realizará en coordinación y con una fiscalización permanente por parte de Carabineros y de la Seremi de Salud.
Por la fiscalización, el intendente metropolitano indicó que era importante que las personas entendieran que si bien "existirá una mano firme para detener el comercio ilegal de comida", también existirá "una mano amiga" de los municipios para apoyar la regularización de los vendedores.
De acuerdo al plan, al fiscalizar a una persona que venda alimentos de manera ilegal habrá un decomiso absoluto tanto de la comida como de los implementos de trabajo del vendedor, además de emitir una multa sanitaria que pueden establecer tanto el seremi de Salud como los inspectores sanitarios.
Además de esto, PDI y Carabineros harán un chequeo de antecedentes, pues "hay personas que están vendiendo ilegalmente en la calle que tienen órdenes pendientes de detención", o también personas que están ilegalmente en el país.
Por los casos de inmigrantes, indicó, van a apoyarlos en regularizar su situación, pero su primer trabajo en el país no puede ser el comercio ilegal "poniendo en riesgo la salud de las personas".
"Vamos a aplicar todas las normas que existen en el estado de derecho para restablecer el respeto al espacio público y a las normas sanitarias", agregó.