La Corporación Humanas, presentó esta mañana ante la Corte de Apelaciones de Santiago una querella criminal contra todos quienes resulten responsables de los delitos de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes, secuestro y asociación ilícita, en el caso de Patricia Herrera. La mujer, opositora de la dictadura, pasó en 1974, 11 días en un centro de detención de esa época bajo la Plaza de la Constitución, frente al Palacio de La Moneda, sufriendo violaciones sistemáticas, hasta contraer una terrible infección que le impedía estar sentada y de pie, según relató la propia afectada en una entrevista a una cadena de noticias internacional en septiembre pasado.
Es la primera querella por violencia sexual como tortura que se presenta en tribunales, lo que implicará, para la Corporación, "un hito en materia de justicia de derechos humanos de las mujeres, porque por primera vez el Estado se verá obligado a investigar judicialmente esta problemática".
La abogada de la corporación, Patricia Maturana explicó que "para asegurar el cumplimiento de las recomendaciones efectuadas por el Comité contra la Tortura de la ONU (CAT), así como lo manifestado por los distintos órganos de derechos humanos en relación a la violencia sexual, Corporación Humanas ha venido realizando desde hace años un trabajo de visibilización de esta problemática que hoy cristaliza en la judicialización de los casos de mujeres que sufrieron violencia sexual como tortura".
Agregó que en Chile, a pesar de la concurrencia de 3.399 mujeres que prestaron su testimonio ante la Comisión Valech I, existe un déficit de relatos de mujeres que se expresa en la ausencia de un análisis global de lo ocurrido con las mujeres en dictadura. Aseguró que en la actualidad no existen procesos judiciales que releven la dimensión de género de la tortura, lo que además de la dificultad probatoria que puede tener en la actualidad, limita aún mas los procesos de reparación para las víctimas y para la sociedad en su conjunto. En definitiva, "no se ha considerado la especial situación de las mujeres víctimas de la dictadura, cuya forma de tortura fue el abuso sexual".
El movimiento de mujeres logró que la reapertura de la llamada Comisión Valech II (que entregará su informe en febrero del 2011) se convirtiera en una oportunidad histórica para visibilizar la violencia sexual ejercida contra las mujeres. "Es necesario considerar que muchas de las mujeres violentadas cargan con la vergüenza y el estigma que acarrea la violencia sexual, sin mencionar incluso aquellas que han tenidos hijos/as producto de las violaciones vividas. La mayoría de las mujeres ni siquiera ha sido capaz de relatar lo ocurrido a sus familiares más cercanos: padres, hijos, parejas", asegura la abogada.
Agregó que la primera querella por violencia sexual como tortura, busca que se concrete la obligación de reparar a las mujeres víctimas de violencia sexual que estipula el Derecho Internacional, a través de la restitución, compensación, rehabilitación y medidas de satisfacción. Además el Estado se obliga a implementar garantías de no repetición dirigidas a evitar que estos hechos vuelvan a repetirse en una comunidad específica.