No hay verano tranquilo para los gobernantes y menos para aquellos que, como el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tienen que lidiar con crisis internacionales y la acción de sus tropas más allá de sus fronteras. Eso es lo que ha ocurrido este año, en el hemisferio norte, donde el gobernante estadounidense ha tenido que interrumpir más de una vez sus días de descanso para abordar la situación explosiva en Irak, los mismo que obligó al primer ministro británico, David Cameron, a adelantar el miércoles su regreso de vacaciones para encabezar una reunión de emergencia en la residencia de Downing Street.

Pese a los comentarios adversos por tomarse vacaciones cuando no están resueltas las crisis de Irak, Gaza y Ucrania, Obama partió el sábado de la semana pasada rumbo a la isla Martha's Vineyard, en Massachusetts, y no tardó ni media hora para ponerse a jugar golf. La Casa Blanca ha insistido que las dos semanas que el mandatario estará en la tierra de los Kennedy no descuidará sus asuntos presidenciales. De hecho, no ha dejado el teléfono para hablar con otros líderes locales y extranjeros y para hacer alguna declaración. Incluso, a partir de hoy y por 48 horas, interrumpirá sus vacaciones para reunirse en la Casa Blanca con responsables de seguridad.

Cameron viajó con su familia de vacaciones hasta Cascais, en la costa de Portugal, pero apenas llegar partió rumbo a Glasgow, Escocia, para participar en las conmemoraciones por la I Guerra Mundial. Retomó su descanso, claro que esta semana adelantó su regreso a Londres en un día, ante el creciente pedido de generales, políticos y autoridades religiosas para sumarse a EE.UU. en los bombardeos aéreos contra yihadistas del Estado Islámico (EI) en Irak. Estas fueron las segundas vacaciones en el extranjero de este año para David y Samantha Cameron y sus hijos Nancy, Elwen y Florencia, ya que en Semana Santa fueron a Lanzarote, en las Islas Canarias, España.

El Presidente de Francia, François Hollande, está de vacaciones desde el 5 de agosto, ocasión en la que celebró junto a sus cuatro hijos su cumpleaños número 60. El mandatario galo, que muestra malas cifras en los sondeos de opinión, pasa sus días de descanso en la residencia oficial veraniega de La Lanterne, a las afueras de París, donde ya pasó parte de su verano en 2013. La proximidad del recinto a la capital le permite estar en el Elíseo en menos de una hora en caso de necesidad. La propiedad es vecina del parque del Palacio de Versalles, cuenta con amplios jardines y está protegida por unas grandes vallas que permiten a su huésped algún grado de privacidad de la prensa y los curiosos.

Angela Merkel, la canciller de Alemania, se tomó sus tres semanas de vacaciones en julio y lo hizo junto a su marido, Joachim Sauer, en la provincia de Bolzano, más conocida en Alemania como Tirol del Sur. Esta región del noreste de Italia -donde se habla alemán- es un destino habitual de los turistas germanos, en especial de los aficionados al senderismo, como la propia Merkel. La jefa de gobierno ya ha estado en otras ocasiones en Italia de vacaciones, en una de las cuales fue fotografiada en traje de baño.

El jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, en tanto, prefiere ir a su Galicia natal (norte del país), quizá como una señal de austeridad en tiempos en que la crisis económica persiste, pese a algunas señales de mejoría. El mandatario, al igual que el año pasado, se instaló en una casa rural en la comarca del Salnés, en Pontevedra, y pese a la lluvia ha mantenido sus actividades de descanso, como caminatas matinales.