Este lunes 8 de julio, Jennifer Warner no solo regresó a la animación de un espacio televisivo ingresando al programa Intrusos, de La Red: también vivió su regreso a la cabeza de un panel de farándula, género en el que fue pionera cuando estuvo en los inicios de SQP, en Chilevisión.
"Este monstruo de la farándula lo ha consumido todo. Esta hija díscola que parí en el 2001… Ahora vengo a retomar un puesto siendo pionera en el tema", analiza la periodista y reconoce que con el correr de los años, "la farándula se ha puesto más amable que cuando la dejé en 2006", momento en que se dedicó a su hijo León, quien padecía craneosinostosis, una enfermedad que restringe el crecimiento del cráneo. "Estaba pasando por un proceso personal y no estaba en condiciones de seguir, por eso decidí escapar un poco", explica.
De su salida de SQP han pasado siete años, en los que asegura jamás se alejó del espectáculo. "Hice espectáculos en la radio Cariño y en radio Agricultura. La farándula me ha dado muchos éxitos", dice la animadora mientras se dedica a jugar con sus hijos, Sofía de dos años y León, de siete.
"Es una bendición trabajar cuatro horas y media", reconoce Warner, quien este lunes vivió su primer día al mando del programa Intrusos tras la salida del periodista Víctor Gutiérrez, programa emitido de lunes a viernes de 12.00 a 14.00 horas.
"Estoy agradecida de la oportunidad de estar en un proyecto emblemático del canal y que hoy la gente privilegió con su sintonía y que además, me permite compatibilizar con ser mamá", agrega.
El espacio, que en la primera semana de julio promedió 2,8 puntos de sintonía, llegó a obtener 3,6 unidades promedio en el debut de Warner, logrando también varios peak de 6 puntos. Y si bien se mantienen en la cuarta posición en el horario (Mega 4,1 puntos; TVN 6.3; Canal 13 8.0 y CHV 8.4.), es un logro concreto para el equipo y para la animadora, que liga el repunte a los cambios generales del canal, que comenzarán con el cambio de casa a las ex dependencias del laboratorio Roche, en avenida Quilín.
"Es un enorme terreno, con más estudios y tecnología de punta. Estamos ilusionados: se respira el reencanto. Me recuerda la época de Chilevisión cuando empezó a crecer como en el año 2002", analiza la comunicadora.
El canal privado prepara su cambio de casa para fines de 2013.