La tormenta tropical "Washi" sigue causando estragos en Filipinas. Esta mañana el Centro Nacional de Prevención de Desastres, señaló que la cantidad de desaparecidos por las inundaciones subió de manera dramática de 51 a 1.079 personas.

La situación es tan compleja que el director del Centro Nacional de Prevención de Desastres, Benito Ramos, ordenó detener las labores de recuento de desaparecidos al estimar que la actual cifra no sería fiable, "no queremos crear una alarma innecesaria en la población. Es posible que algunos de los cadáveres sin identificar sean los de personas dadas por desaparecidas", señaló.

Por su parte la Cruz Roja filipina, realizó su propio balance, señalando que la cifra de fallecidos asciende a 841 y 919 desaparecidos. El presidente de la organización, Richard Gordon, señaló que "sólo contamos lo que vemos, los muertos y desaparecidos con nombres y apellidos. Es muy probable que nuestras cifras también superen el millar, el número de desaparecidos seguirá aumentando a medida que tengamos más información".

Las autoridades sanitarias han movilizado recursos para prevenir epidemias debido a la insalubridad y falta de agua potable en las poblaciones más afectadas. "De momento no se han dado casos de infecciones y sólo hemos detectado diarreas, sobre todo entre los niños. Pero de momento no es preocupante, hemos instalado un sistema de filtración (de agua) con capacidad para 40.000 litros al día en Cagayan de Oro y otro para 3.000 litros por hora en Iligan", señaló Gordon.

Otro de los peligros que acechan es la propagación del tétanos, ya que muchos de los 1.979 heridos sufrieron cortes y golpes con tejados de latón y las vacunas escasean.