El alto nivel de contaminación que ha afectado a París y a sus suburbios durante los últimos días hicieron que las autoridades de la capital de Francia hoy decretaran restricción vehicular en esta zona, que no tenía un episodio de este tipo, desde 1997. Los vehículos que no pudieron salir fueron los que tenían patente par, a excepción de aquéllos que contaban con autorización especial.

La medida fue tomada debido a la nube gris que cubrió el oeste de Europa, incluyendo parte de Francia, Alemania y Bélgica. Sin embargo, si los niveles de la calidad del aire mejoran durante la jornada, la restricción será levantada mañana, anunció el ministro de Ecología, Philippe Martin.

VIGILANCIA Y MULTAS


Cerca de 700 policías fueron desplegados en 60 puntos de control de la Ciudad Luz para fiscalizar que los conductores cumplieran con la medida de emergencia, que sólo permitía transitar por las calles a los vehículos con patente impar. Los automovilistas y motociclistas con matrícula par y que fueron sorprendidos debieron pagar una multa de 22 euros -si la cancelaban de inmediato- y 35 euros si lo hacían después.

Según el primer ministro Jean-Marc Ayrault los automovilistas parisinos "aceptaron" las restricciones, comunes en otras ciudades contaminadas del mundo, ya que París está lejos de los récords mundiales de contaminación, como los que se presentan en Irán, India y Pakistán.

En Francia, el umbral de alerta se desencadena cuando hay más de 80 microgramos de partículas de 10 micras por metro cúbico. Hay pocas grandes  ciudades con una media anual dentro de los límites preconizados por la  Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de 20 mcg/m3. El promedio anual de la capital gala es de 38 mcg/m3.