El viernes venció el plazo para hacer comentarios a la norma en consulta que permitirá a las AFP invertir entre 5% y 15% en activos alternativos, y las visiones sobre los impactos, riesgos y beneficios de esta apertura siguen siendo diversos.
Para el socio de Ameris Capital, Cristian Moreno, los límites debieron ser mayores, sobre todo en fondos más riesgosos como el A. Ello porque su potencial de retorno puede aportar lo mismo o más a la pensión final que el alza de 5% en la cotización adicional, eje central de la Reforma de Pensiones que alista el Ejecutivo.
Moreno basa su expectativa en los retornos anuales mostrados en los últimos 20 años por los fondos y fundaciones que invierten al menos un 15% en activos de este tipo, y que son superiores en un 1,8% a los que invierten menos de 5%. Así, afirma que si se mantuviera ese retorno adicional producto de la inversión en alternativos de las AFP, el fondo de pensiones crecería US$3.108 millones al año, es decir el 90% de lo que incrementaría el fondo de pensiones producto del aumento de la cotización en 5%. Y es sabido que por cada 1% de mayor retorno, la pensión puede incrementarse en un 25%, ahorrando 40 años.
Según Moreno, Chile está además muy atrasado respecto al mundo en esta materia, ya que desde 1995 los principales fondos previsionales del mundo se abrieron a esta clase de activo, totalizando hoy un promedio de 24% de inversión efectiva.
Plantea también la necesidad de mayor flexibilidad para fomentar el desarrollo del mercado de activos alternativos en Chile. Sobre todo, considerando que para las AFP esta inversión dependerá de la solución que haya, vía reforma, al cobro de las comisiones por intermediación.
El gerente general de MP Valorus, Natan Melnick, destaca la posibilidad que abre la norma a las AFP para invertir en sociedades cerradas, las que formarán parte de los límites de inversión en renta variable. Afirma que este cambio puede fomentar una mayor diferenciación entre las carteras de inversión de las AFP. Sin embargo, reconoce la dificultad que puede darse en la salida de estas posiciones, debido a la menor liquidez de sus acciones. Para esto, dice, "existirán también vehículos de inversión o "fondos" en los que se espera que la liquidez de este tipo de activos sea mayor". Por otra parte, el experto prevé efecto en los precios del IPSA, en caso que las AFP liquiden acciones de empresas abiertas para invertir en firmas cerradas. También, dice, "podría ocurrir que los aportes que se reciban en el futuro sean destinados progresivamente a este tipo de activos, para que de ese modo no afecten los precios del resto", agrega.
Más moderada es la visión del gerente general de Humphreys, Aldo Reyes, quien recalca que "no se puede soslayar que este tipo de instrumentos genera una fuerte distorsión a los objetivos propios de los fondos de pensiones dentro del marco en que fueron constituidas estas instituciones", considerando que éstos deben gestionar portafolios de inversión de adecuada relación riesgo-retorno. "Las nuevas atribuciones implicarían una mayor dedicación de horas profesionales a inversiones particulares, lo que necesariamente desviará los esfuerzos del propósito central de las AFP, el que debe estar dirigido principalmente al control del portafolio y no a inversiones en particular", sostiene.
Respecto a las exigencias de valorización incluidas en la norma, agrega que es difícil reemplazar la razonabilidad de un precio determinado en un mercado primario o secundario formal. "Dos equipos de profesionales, salvo escasas excepciones, llegarán a resultados disímiles si llevan a cabo valorizaciones de forma totalmente independiente. Por otra parte, asignar la valorización más conservadora no garantiza la certeza de la misma. Lo anterior llevará, obligadamente, a una sub o sobrevalorizacón de los fondos, creando un perjuicio a los afiliados de las AFP toda vez que un aportante se jubile o se cambie de fondo, hecho recurrente en el tiempo. Esto es relevante si se considera que se trata de un ahorro forzoso", advierte el clasificador de riesgos.
Reyes concluye que "en un principio, sería más ventajoso promover políticas de desintermediación que permitiesen capturar el elevado spread que queda en los bancos cuando se fondean con los fondos de pensiones para financiar los créditos de consumos y préstamos a pymes".