"Escriba un ensayo de treinta páginas"; "prepare una monografía de cuarenta páginas"; "redacte un artículo de tres mil palabras"; "resuelva la prueba de desarrollo, con respuestas de una página por pregunta".
Estas son algunas frases que alumnos de enseñanza media y universitaria escuchan de sus profesores, quienes exigen, indistintamente, un tipo u otro de texto, sin considerar que muchas veces los alumnos no tienen clara la naturaleza y estructura de cada uno de estos escritos.
Según una investigación desarrollada por la profesora de Lenguaje y Literatura de la Universidad de Viña del Mar, Marcela Jarpa, el problema es que no están claras las definiciones ni las características de cada tipo de texto, entonces, el encargo del profesor se vuelve difuso: "no sabemos cuáles son los atributos, propósitos o estilo de cada texto, o, incluso, no sabemos distinguir entre los diversos tipos de texto existentes", afirma la académica.
Jarpa desarrolló está investigación en el marco de su tesis doctoral: "estoy estudiando textos realizados por alumnos de enseñanza universitaria, para luego establecer tipologías y finalmente géneros. De alguna manera, hago el camino inverso al tradicional, pues a partir de los textos concretos que producen los estudiantes, quiero fijar los géneros", explica.
APORTE A LA EDUCACIÓN
La docente de la Escuela de Educación UVM expuso esta materia en el Simposio Internacional de Géneros Textuales, en Caixas do Sul, Brasil, donde presentó una ponencia ante investigadores de varios países de distintas regiones del mundo. "El encuentro tuvo como propósito discutir la enseñanza de la escritura desde la perspectiva de los géneros", comenta Jarpa.
La académica afirma que su investigación puede constituirse en un significativo aporte al mundo educativo chileno: "si llegamos a establecer las tipologías y los géneros desde los textos mismos, los profesores pueden tener claro el texto que están efectivamente pidiendo. Seguiremos hablando de ensayo, artículo o prueba, pero sabremos con exactitud qué pedir para cada caso".
Señala, además, que este estudio puede ser un avance en la investigación sobre producción textual, un campo que ha provocado menor atención que la comprensión de textos. "En los últimos años, a propósito de las distintas pruebas de medición, se habla mucho de la capacidad de los estudiantes para comprender textos, pero poco atendemos sus producciones y cómo generan artículos, ensayos u otros trabajos académicos", concluye.