Una investigación reservada realizada por la PDI estableció una serie de situaciones irregulares que los delincuentes utilizan para vulnerar la Ley de Armas y apropiarse de armamento de fuego.

Los casos van desde el uso de "palos blancos" hasta inscripciones fraudulentas con la complicidad de algunos dueños de armerías. La investigación fue ordenada tras el caso de Italo Nolli, el chatarrero que asesinó a dos detectives en marzo de 2011.