Brasil amaneció este miércoles en shock tras la crisis desatada por la presentación de una lista elaborada por el Supremo Tribunal Federal (STF) que ordena la investigación de ocho ministros del gabinete del Presidente Michel Temer y además alcanza a un centenar de políticos de 15 partidos, entre ellos nada menos que cinco ex jefes de Estado, por supuestos vínculos con el mayor escándalo de corrupción en la historia del país.
La oficina del juez Edson Fachin, instructor del caso Petrobras en el STF, dio a conocer los nombres de los políticos involucrados tras levantar el secreto sobre los testimonios de 77 ex ejecutivos del conglomerado de construcción brasileño Odebrecht, que ha admitido haber pagado miles de millones de dólares en sobornos a cambio de contratos.
Las indagaciones sobre los ocho ministros, casi un tercio del gabinete, representa una amenaza para los esfuerzos de Temer por recuperar la confianza de los inversionistas y sacar a la mayor economía de la región de una profunda recesión. Entre los ministros investigados se encuentra el jefe de gabinete de Temer, Eliseu Padilha, quien es considerado un negociador clave en el Congreso para aprobar una reforma al sistema previsional, así como Wellington Moreira Franco, secretario general de la presidencia, ambos del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Temer. Los ministros de RR.EE., de Comercio y de Agricultura también serán indagados.
La lista de Fachin incluye además a 24 senadores, 37 diputados y a 12 de los 27 gobernadores del país. Asimismo, integran la nómina los cinco ex Presidentes vivos que tiene el país, que gobernaron desde la recuperación de la democracia, hace ya 32 años. Se trata de José Sarney (1985-1990), Fernando Collor de Mello (1990-1992), Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016). Temer también fue citado en los testimonios prestados por los ex directivos de Odebrecht, pero no será investigado por ahora, pues la Constitución impide que un mandatario sea juzgado por hechos ocurridos antes del inicio de su mandato, que en su caso comenzó en agosto pasado, tras la caída de Rousseff.
"La crisis política se profundizará y nos arriesgamos a una parálisis institucional porque todo el sistema político de Brasil está en cuestionamiento", dijo el senador opositor Jorge Viana, quien también está siendo indagado. Sin embargo, Temer, sin referirse directamente a la decisión tomada por el juez Fachin, recalcó que "en las eventuales divergencias o interpretaciones equivocadas, quien dará la palabra final será la Justicia", pero lo que "no podemos hacer jamás es paralizar al gobierno".
Pero el optimismo de Temer difiere de la opinión de los analistas. "Más allá del impacto sobre las reformas, él (Temer) ve a su partido duramente involucrado y al núcleo duro de Planalto balanceando", escribió Eliane Cantanhêde, columnista de O Estado de Sao Paulo. En tanto, Clóvis Rossi, columnista de Folha de Sao Paulo, afirmó que la lista de Fachin "coloca al sistema político brasileño suspendido en un abismo horrendo, sin red de protección".
Sylvio Costa, fundador de Congresso em Foco, un grupo que vigila y rastrea la corrupción legislativa, dijo a La Tercera que "es difícil imaginar un contexto de más incertidumbre e instabilidad. No podemos hablar más de 'tempestad perfecta', sino de 'tsunami perfecto'".
De hecho, el diario Valor Econômico destacó que la lista de Fachin "enturbia" la sucesión en 2018. "Lula, que lidera las encuestas de intención de voto, ya respondía a cinco investigaciones y ahora ganó una más, basada en las delaciones. Ni el PSDB ni el PT tienen un plan B para la sucesión presidencial", concluyó.