Horas después que el ex presidente de la Unión Soviética Mijail Gorbachov advirtiera que el mundo "está al borde de una nueva Guerra Fría", un reporte del think tank European Leadership Network, con sede en Londres, reveló que desde el inicio de la crisis en Ucrania, en marzo pasado, se han registrado al menos 40 incidentes militares "muy preocupantes" entre Rusia y Occidente. Uno de los autores del estudio, el británico Thomas Frear, aborda en esta entrevista con La Tercera los alcances de la creciente tensión entre Moscú y Washington.
A su juicio, ¿cuán seria es la situación actual?
La cantidad de incidentes que involucran a los militares rusos y sus contrapartes de la OTAN, Finlandia y Suecia se ha incrementado dramáticamente en 2014, con un aumento notable tras el comienzo de la crisis de Ucrania en marzo. Estoy particularmente preocupado de que si el número de incidentes sigue aumentando al ritmo actual entonces podría ocurrir un accidente que resulte en bajas de ambos lados. Si tal hecho tuviera lugar, entonces los líderes políticos corren el riesgo de verse obligados a reaccionar a los acontecimientos y, teniendo en cuenta la falta de mecanismos de diálogo que actualmente existe entre la OTAN y Rusia, esta sería una situación verdaderamente peligrosa.
¿Se había registrado una escalada similar desde el fin de la Guerra Fría?
Ha habido dos períodos que siguieron al final de la Guerra Fría que son comparables a la situación actual. El primero fue durante la campaña de la OTAN en Kosovo en 1999, cuando hubo una posibilidad muy real de enfrentamiento entre la OTAN y Rusia en el aeropuerto de Pristina. El segundo siguió al ataque de Rusia a Georgia en agosto de 2008. Sin embargo, ninguno de estos incidentes fue en la escala mundial que se puede observar ahora.
¿Cuáles han sido los incidentes más serios en los últimos meses?
Los tres incidentes más graves en los últimos meses han sido la casi colisión en vuelo entre un avión civil SAS y una nave de vigilancia de Rusia, cerca de Copenhague el 3 de marzo. También está el secuestro de un oficial de inteligencia de Estonia y, por lo tanto, de la OTAN, en territorio estonio por agentes rusos, el 5 de septiembre. Por último, la búsqueda de un submarino llevada a cabo por el Ejército sueco siguiendo creíbles, y recientemente confirmados, informes de inteligencia de que una nave no identificada operaba en aguas territoriales de Suecia.
¿Cree que el Presidente ruso Vladimir Putin tiene una estrategia para intimidar a Occidente?
En líneas generales, yo veo las recientes acciones rusas con un carácter oportunista. Esta operación puede haber resultado muy efectiva en Crimea, pero las acciones desde entonces han sido menos coordinadas. La estrategia de Putin, en lo que uno puede descifrar, parece estar dirigida a influir negativamente en los debates internos en Finlandia y Suecia en cuanto a su relación con la OTAN, reposicionando a Rusia como una potencia militar mayor, y solidificando la posición del régimen de Putin domésticamente. La robusta respuesta occidental a las acciones de Rusia sugiere que si la intimidación forma parte central de la estrategia de Rusia, entonces está fallando.