A casi una semana de las elecciones generales, el nuevo gobierno de coalición griego -formado por el izquierdista Syriza y el nacionalista Griegos Independientes- enfrenta un complejo mes de cara a las negociaciones con la Unión Europea (UE) por la deuda. En conversación con La Tercera, la abogada y analista política de la Fundación Helénica para Europa y Política Exterior, Filippa Chatzistavrou, analiza la situación del país.
¿Cuáles son las claves del triunfo de Syriza?
Cuando vemos la retórica para llegar al poder y la retórica que adoptó, observamos un intento de tener un perfil más moderado. Por esa razón tuvieron éxito. Esta estrategia funcionó muy bien, porque incluso gente del centro se decidió a votar por ellos. ¿Cuáles son las consecuencias de las elecciones del domingo pasado y la designación de Yannis Varoufakis como ministro de Finanzas?
(Yanis) Varoufakis es una persona moderada, es decir, en comparación con la diversidad ideológica que caracteriza a Syriza. La razón por la que lo designaron es porque tiene la capacidad para negociar, sabe cómo hacer consenso. Hay que aclarar que todo lo que ha ocurrido estos días son sólo declaraciones, no sabemos lo que ocurrirá, pero han dado señales de tener posiciones más consensuadas.
¿Qué se desprende de lo que ha dicho el gobierno hasta ahora?
Las declaraciones hasta ahora han sido bien limitadas. Por supuesto, la gente está más preocupada por la vida diaria. Para ellos lo más importante es rehabilitar, si es que se puede decir así, de alguna manera, el Estado benefactor. Además, quieren que se cumplan todas las promesas de campaña relacionadas con la crisis humanitaria que vive el país. Mucha gente votó por Syriza porque creen que harán todo lo posible para impulsar el empleo. La gente está esperando para que se lleven a cabo las promesas de Estado benefactor. Por supuesto, la discusión sobre la deuda, el crecimiento del país, la moratoria de la deuda, son importantes, pero a la gente le preocupa que los problemas que los afectan se empiezan a solucionar, que se suba el sueldo mínimo, el problema de la vivienda, porque hay muchos que no tienen dónde vivir. Creo que se puede lograr un balance en la moderación sobre las discusiones de la deuda y los otros problemas.
¿Cuáles son las limitaciones que el nuevo gobierno de Alexis Tsipras tendrá al momento de negociar la deuda y poder cumplir con las promesas sociales?
Soy muy escéptica. En realidad, no quiero predecir nada, no podemos saber que pasará. Porque al mismo tiempo, hace dos años, la retórica del partido Syriza era anti-austeridad, ese no es el caso ahora. En la actualidad, lo que hablan es de relajar la austeridad. Las medidas pusieron un límite al Estado benefactor, creo que ahora se puede pedir relajar la austeridad y, al mismo tiempo, pedir una gran batería de políticas sociales y mantener un presupuesto balanceado. Esto siempre con el compromiso de cumplir lo establecido por el Tratado de estabilización de la zona euro. No sé si es posible, es una ecuación muy difícil de respetar.
¿Cree que se justifica el miedo de algunos países europeos sobre la llegada al poder de Syriza, considerando que algunos tienen elecciones?
La elección más importante para los países de la Eurozona es la de España, en diciembre. Creo que los alemanes dicen que le temen a Syriza, pero creo que están confiados de lo que pasará, porque no hay ninguna posibilidad para que Syriza construya ninguna alianza transnacional en Europa. Por supuesto, está Podemos (en España), pero no es suficiente como aliado. El mapa político de Europa en la actualidad está principalmente compuesto por partidos conservadores-liberales, sociales demócratas y estos últimos, incluso, son muy cercanos a las medidas de austeridad, no las desafían. Por supuesto, (el Presidente francés, François) Hollande ha dicho que está dispuesto a dialogar con (el primer ministro griego, Alexis) Tsipras y cooperar con él, pero no hay un espacio para una coalición de izquierda real transnacional, que impulse reformas económicas reales anti-austeridad. Además, hay que considerar que en el Consejo tenemos 19 países, que deben decidir por unanimidad. Tenemos que tenerlos a todos hacia esa dirección. Soy muy escéptica que se pueda lograr una reforma real. Por ejemplo, Thomas Piketty, el economista francés, está hablando de eso, que debemos tratar de impulsar una reforma real de la gobernanza económica, pero esto es muy matemático, porque para hacer esto tenemos que tener un consenso en la mayoría de los países.