Investigadores descubren cómo se forman las galaxias espirales

Por medio de simulaciones por computador, los científicos lograron descifrar el proceso de formación de nuestra galaxia y sus brazos en espiral.




Nuevas simulaciones por computador han demostrado cómo las galaxias espiral como La Vía Láctea forman y mantienen sus brazos.

Las galaxias espiral son comunes en el universo. Los expertos calculan que el 70% de nuestras galaxias vecinas son en forman de espiral, planas y con discos rotativos con brazos de estrella, gas y polvo espacial curvándose hacia su centro.

Los investigadores han debatido por mucho tiempo si es que los brazos de este tipo de galaxia van y vienen con el tiempo, o si el material del que están hechos provoca que quede "fijo" por los efectos de la gravedad.

Para resolver esta interrogante, un equipo de científicos de la Universidad de Wisconsin utilizó un poderoso software para simular la formación de galaxias y seguir hasta 100 millones de partículas estelares hipotéticas siendo afectadas por la gravedad y por otras fuerzas astrofísicas. La simulación permitió a los investigadores crear una animación de la evolución de una galaxia espiral y así ver la formación de sus brazos.

"Logramos demostrar por primera vez que los brazos en espiral no son una característica transitoria, como había sido señalado hace décadas" señaló Elena D'Oghia, astrofísica de la universidad.

El equipo de científicos descubrió que las grandes nubes moleculares muchas veces están a cargo de crear estrellas, y pueden iniciar la formación de los brazos de la espiral. De acuerdo a los investigadores, estas nubes puede ayudar a mantener los brazos de una espiral de manera indefinida.

"Las teorías anteriores señalaban que los brazos desaparecían si estas nubes eran removidas, pero ahora podemos ver que una vez formados, los brazos se auto-preservan, incluso si las perturbaciones de nube son removidas" señaló D'Oghia. "También indica que una vez que los brazos han sido formados por medio de estas nubes, pueden existir por mucho más tiempo de lo pensado gracias a la gravedad, incluso en los extremos cuando las nubes ya no están".

Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista The Astrophysical Journal.

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