Desde utilizar piedras para revivir muertos, capas que nos hacen invisibles o lanzar hechizos para crear fuego, el número de conjuros, pociones o aparatos mágicos en un universo como el de Harry Potter es bastante considerable, y evidentemente forma parte importante de la historia. Pero, ¿hasta qué punto pueden ser reales?

Es lo que intentan averiguar científicos de la Universidad de Leicester, quienes han puesto estas prácticas a prueba analizando qué tan científicamente factibles pueden llegar a ser.

Los estudios, llamados "Gillyweed – Drowning with Gills?" y "Revealing the Magic of Skele-Gro", fueron presentados en la revista Journal of Interdisciplinary Science, diseñada para dar a los estudiantes experiencia práctica de la escritura, edición, publicación y revisión de artículos científicos. En ellos se recrearon dos situaciones aparecidas en los libros: el uso de las "branquialgas" para poder respirar bajo el agua, y la poción "Crece-Huesos" para reparar o regenerar material óseo.

El estudio, revelado a poco tiempo de la obra de teatro y libro "Harry Potter y el Niño Maldito", y la película "Animales fantásticos y dónde encontrarlos" para noviembre, demuestra que a casi 14 años del último libro de Harry Potter, la mitología en torno al universo mágico sigue latente.

Branquialgas

En "Harry Potter y el Cáliz de Fuego", Harry pasa la segunda "Copa de los Tres Magos" gracias al consumo de branquialgas, una planta que al ser ingerida genera el crecimiento de branquias y dedos palmeados, haciendo posible respirar y nadar bajo el agua por cerca de una hora, dependiendo si el usuario se encuentra en agua dulce o salada.

Para comprobar la viabilidad de la experiencia vivida por Harry, Rowan Reynolds y Chris Ringrose inspeccionaron las branquias aparecidas en la versión fílmica del libro, estimando su área en aproximadamente 60cm2. Luego se consideró el contenido de oxígeno del Lago Negro (donde se desarrolla la prueba), el uso máximo de oxígeno de un nadador y el peso de Harry, lo que sugiere que si tenía un IMC normal y la altura media de un adolescente de 14 años, tendría que procesar 443 litros de agua a una eficiencia del 100% por minuto por cada minuto bajo el agua.

Esto implica que el agua tendría que fluir a 2,46 metros por segundo, el doble de la velocidad de flujo de aire normal y, por tanto, mucho más rápido de lo que podía inhalar y exhalar, lo que daría como resultado su muerte por asfixia.

En la investigación se resalta que curiosamente, Harry nada con la boca cerrada y no es así cómo funcionan las branquias. Los científicos sugieren que para poder respirar en esas condiciones, la idea es abrir la boca para permitir que el agua entre en la garganta y salga hacia fuera a través de las branquias, lo cual no sucede. Al mantener la boca cerrada, Harry no sería capaz de extraer el oxígeno suficiente para sobrevivir, y moriría.

La poción Crece-Huesos

En "Harry Potter y la Cámara Secreta" vemos como una bludger le rompe el brazo al protagonista en medio de un partido de Quidditch contra Slytherin, siendo posteriormente atendido por el torpe profesor Gilderoy Lockhart, quien en vez de reparar su extremidad, lo deja sin huesos. Es entonces cuando madame Pomfrey le prescribe una dosis de poción Crece Huesos, utilizada para la regeneración.

Para comprobar esta posibilidad, Leah Ashley, Chris Ringrose y Robbie Roe proponen conocer cómo la tasa de crecimiento normal de los huesos se compara con este crecimiento acelerado, y si la cantidad de energía de la poción es suficiente para reconstruir la fractura el brazo de Harry.

Tras observar los tiempos, los estudiantes sugieren que los huesos fueron eliminados a las 11:13 am, con la poción suministrada aproximadamente a las 11:50 am, alcanzando su curación 24 horas después. Así y de acuerdo a los cálculos, la poción reconstruye los huesos de Harry unas 90 veces más rápido que en el mundo real.

El problema radica en que no hay ninguna mención acerca de la alimentación de Harry. El estudio señala que la poción tiene la capacidad de suministrar 133,050kcal adicionales a la energía requerida por el cuerpo para regenerar los huesos sin causar cualquier efecto secundario negativo, con una potencia de 6443 W.

Los científicos llegaron a la conclusión que como era de esperarse, la poción Crece-Huesos debe, contiene "propiedades mágicas inexplicables" que le permiten entregar una gran cantidad de energía, aplicada en un corto período de tiempo.

Fuente: The Guardian