El fiscal regional del Maule, Juan Pablo Kinast viajó hasta Constitución, junto a peritos de la PDI de Santiago, para iniciar una investigación por cuasidelito de homicidio, derivado del colapso de dos bloques de edificios ubicados en el cerro O'Higgins de la ciudad balneario, en los que murieron dos familias al ser aplastadas por las estructuras que quedaron asentadas sobre el primer piso tras el terremoto de febrero pasado.
Pese a que los edificios eran de tres niveles, los primeros pisos de ambas construcciones quedaron reducidos a un par de centímetros, cuando los dos niveles superiores cedieron. En el interior se encontraban dos familias, cuyos 8 integrantes fallecieron instantáneamente.
"Es importante determinar si existe alguna relación causal entre la muerte y alguna falla estructural y para eso se requiere de peritos estructurales, ingenieros, arquitectos, constructores, por lo que vamos a analizar el sitio del suceso sobre la base de la opinión técnicas de estos peritos", señaló Kinast, quien solicitó la presencia de personal de Lacrim de Talca y de la Sección de Paisajismo y Urbanismo, de Santiago.
La investigación partió a raíz de las dos querellas interpuestas por familiares de las víctimas, quienes adjuntaron una carta enviada por la ex ministra de Vivienda, Patricia Poblete, en julio del 2007, en la que se señala que los edificios presentaban "fallas en su construcción", razón por la que los propietarios quedaban exentos de seguir pagando la deuda hipotecaria. Al respecto, el fiscal Kinast no descartó que la ex ministra sea citada a declarar.
Hasta el sitio del suceso también llegaron vecinos de las víctimas. Carmen Pezo, quien vivía en el segundo piso de uno de los coplapsados edificios relató que "cuando nos llegó la carta del Serviu no nos imaginamos nunca que estábamos viviendo en una verdadera bomba de tiempo, porque esas fallas en la construcción, que pensamos eran cosas menores, hicieron que el edificio cayera casi inmediatamente iniciado el terremoto, prueba de ello es que yo ni siquiera alcancé a salir de mi pieza cuando sentí que nos hundíamos".
La pobladora añadió que durante la noche no dimensionaron lo ocurrido, hasta que al amanecer vieron que el edificio sólo tenía dos pisos. Los cuerpos de Gloria Crespo, su esposo Pedro Araya y sus hijas Carol y Marina, así como los de Iván Bravo, su esposa María Valdés y sus dos pequeñas hijas, fueron retirados tres días más tarde por los propios vecinos, quienes rompieron la loza del segundo piso, para retirar los cadáveres.