Si bien la sorpresa no fue tan impactante como en septiembre, la inflación nuevamente se ubicó bajo el radar del mercado al registrar un avance de sólo 0,2% en octubre, por debajo del rango de 0,3% y 0,4% estimado por los agentes económicos.

De esta forma, el IPC en 12 meses retrocedió a 2,8% en el décimo mes del año, ubicándose por debajo de la meta del Banco Central (3%) por primera vez desde enero de 2014, confirmando una convergencia más rápida que lo esperado hace apenas un par de meses. De hecho, la inflación acumulada, alcanzó (a dos meses de finalizar el año) un 2,9%, aún lejos del 3,5% proyectado por el ente rector en su último Ipom de septiembre.

La noticia fue bien recibida por el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, quien afirmó que es una buena noticia para el país, visión compartida por su par, el titular de Economía, Luis Felipe Céspedes, quien enfatizó que esta cifra demuestra que "la economía es sana desde el punto de vista macroeconómico".

Según el reporte del INE, en octubre destacó la variación negativa del ítem Alimentos, que cedió 0,4% marcado por la baja del tomate, que cayó 5,6% en dicho mes.

Aún así, el índice de No Transables mantiene la nota de mesura, ya que sigue sobre el 4% anual.

La disyuntiva del mercado

En este escenario, los expertos coinciden transversalmente en que crecen las holguras para un eventual recorte de la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 25 puntos base (hoy, en 3,5%) considerando el rápido ajuste inflacionario y el débil desempeño de la actividad.

Sin embargo, no existe consenso sobre cuándo debiera tomar el BC esta decisión, ya que mientras hay quienes sostienen que el mayor estímulo monetario debiera hacerse antes que finalice el año, otros advierten la necesidad de una mayor cautela, tomando en cuenta la próxima reunión de la Reserva Federal en EE.UU. y el efecto del tipo de cambio.

Para BBVA Research, "la labor del BC tiene espacio para ser enmendada por este mismo consejo tan pronto como en noviembre, introduciendo un sesgo estimulativo, y no descartando incluso un recorte en la TPM". Panorama similar al estimado por Alejandro Fernández, gerente de Estudios de Gemines, quien si bien espera que el instituto emisor implemente un sesgo expansivo en diciembre, para bajar el tipo rector en enero, señaló que incluso podría "bajar la tasa en diciembre mismo".

Asimismo, Luis Eduardo Escobar, economista de Chile21, apunta que tras estas menores presiones inflacionarias, "lo más probable es que baje la tasa en los próximos meses, lo que podría darse en diciembre. No pillaría a nadie de sorpresa".

En contraparte, Patricio Rojas, economista de Rojas & Asociados, advirtió que "si se baja la TPM antes de resolverse la incertidumbre sobre el movimiento de la Fed, probablemente el impacto sea prácticamente nulo, por lo que creo que no se moverá en noviembre ni en diciembre".

Cautela similar a la observada por Luz María Koch, economista y académica de la U. Finis Terrae, quien indicó que es necesario tener más claridad respecto a la evolución del tipo de cambio. "Esperaría que la tasa se mantenga en diciembre, con una baja recién el primer trimestre del próximo año. Luego habría que analizar qué pasa", comentó.

Por su parte, Alejandro Alarcón, afirmó que "no creo que el BC vaya a tomar una medida antes de enero. Va a esperar los efectos de fin de año con respecto a la tasa de interés de EE.UU".