Iquique es una fiesta. El equipo de Jaime Vera afrontará mañana, frente a Universidad Católica, un duelo decisivo para su aspiración de adjudicarse su primer título en Primera División, pero los hinchas ya festejan. Esta noche, unos 400 fanáticos llegaron al frontis del hotel Diego de Almagro para animar el denominado Dragonazo, actividad con la que buscaban darle el último aliento a sus jugadores. Hubo cánticos, fuegos artificiales y un gesto de parte del plantel, que le regaló una polera a los aficionados.
Los mensajes eran de aliento. "Vamos, Dragón, queremos la Copa", cantaron repetidamente. Y después, enviaron un claro mensaje a los cruzados, producto de la polémica por la sede del partido que, finalmente, se disputará en Cavancha. "Las monjas tienen miedo", vociferaron.
La actividad estaba citada a las 20.30 horas, pero partió quince minutos del plantel. El momento de mayor euforia se produjo cuando los futbolistas se dejaron ver por las ventanas. En ese instante, recibieron toda la energía de una ciudad que sólo quiere gritar "campeón".