La cumbre de la Liga Arabe comenzó hoy en Bagdad en una cita que consagra el regreso de Irak a  la arena diplomática, y la venida histórica del emir de Kuwait, más de veinte años después  de la invasión de su país por las tropas de Saddam Husdein, el dictador ejecutado a fines de 2006.
 
Sólo nueve de los 21 jefes de Estado árabes invitados a la reunión (Siria fue  excluída debido a la represión) llegaron a la capital iraquí, donde la seguridad, que en los últimos días, llegaba ya a niveles inéditos, fue aún  reforzada este jueves, paralizando de facto la ciudad, consigna AFP.

El problema sirio será tema central, aunque la ausencia de los otros delegados refleja las crecientes tensiones entre sunitas y chiitas en la región tras los sucesos de la Primavera Arabe del año pasado, especialmente en Siria, dominada por una minorí­a chiita­ en un paí­s mayoritariamente sunita­. En Bahrein, otra nación del Golfo Pérsico, hubo en cambio una revuelta de la mayorí­a chiita contra el régimen sunita, apunta a su vez AP.

Al mismo tiempo, y cuando las fuerzas sirias atacaban las ciudades  rebeldes, el régimen de Damasco advirtió de antemano que rechazaría toda nueva  iniciativa proveniente de las cumbre de Bagdad.

Para dejar bien en evidencia su irritación, los dos países más radicales en la cuestión siria, Arabia Saudita y Qatar, sólo enviaron responsables de segundo orden para ser representados.  Estas naciones son partidarias de armar a la oposición para derrocar a Assad, en tanto otros prefieren la diplomacia, cuando las violencias  han dejado más de 9.000 muertos en un año, según la ONU.

Los jefes de Estado del Líbano, de Yibuti, de Sudán, de Túnez, de  Palestina, de Comores, de Somalia, de Libia están ya en Bagdad, así como el  secretario general de la ONU Ban ki Moon.

Los ministros de Relaciones Exteriores reunidos ayer en Bagdad  afinaron un proyecto de resolución, la "Declaración de Bagdad", que se abtiene  de llamar a una salida del Presidente Bashar Assad y a armar a los rebeldes sirios.

Según esta declaración, de la cual la AFP obtuvo una copia, los dirigentes árabes dicen apoyar "el legítimo deseo de libertad y de democracia del pueblo sirio que desea elegir su futuro, y apoyan un traspaso pacífico de la  autoridad". "Denuncian las violencias, los asesinatos y el derramamiento de sangre, se  pronuncian en favor de una solución pacífica mediante negociaciones nacionales,  rechazan la injerencia extranjera en la crisis siria".

Apoyan "la misión de Kofi Annan para iniciar negociaciones políticas entre  el gobierno y la oposición sirias sobre la base de la iniciativa" aprobada por  el Consejo de seguridad de la Liga Arabe.

El plan de paz presentado por el emisario ONU-Liga árabe Kofi Annan prevé  en particular la cesación de las violencias de todas las partes, la entrega de  ayuda humanitaria y la liberación de las personas detenidas arbitratriamente.

El ejército sirio intensificó sus operaciones contra los rebeldes a través  de todo el país, violando así, según Estados Unidos, las disposiciones del plan  Annan, que Damasco habría aceptado según la ONU.

En un comunicado, la ONG Human Rights Watch (HRW) llamó a la Liga árabe a  aplicar estrictamente las sanciones que había adoptado contra Siria en  noviembre pasado para señalar que "no disminuirá su presión sobre Siria". Por  el momento, lamenta HRW, "quedan aún amplios vacíos" en la aplicación de las  sanciones.

Además de Siria, la Declaración abordará también la cuestión palestina,  Somalia y las armas nucleares en poder de Israel.