A una semana de que fueran expulsados de su bastión en la ciudad de Faluya y a pocos días de los ataques en Estambul y en Bangladesh, el "Estado Islámico" se hizo responsable de dos atentados en Bagdad, los que provocaron ayer la muerte de al menos 143 personas y dejaron un saldo de más de 200 heridos, además de numerosos daños materiales. Según el diario The New York Times, se trata del ataque más letal en la capital iraquí desde 2009 y se encuentra entre los peores que ha sufrido el país desde la invasión estadounidense en 2003.
El primero de los ataques se produjo pasado la medianoche hora local en Karrada, un sector comercial de mayoría chiita de la capital iraquí, justo en momentos en que la población había roto su ayuno por el Ramadán y se encontraba comprando.
Según fuentes de la policía local, un atacante suicida detonó el vehículo en el cual se encontraba frente a una famosa heladería que estaba muy concurrida de madrugada debido a que durante el Ramadán, y más en verano, es habitual prolongar las noches en la calle a la espera del "suhur" (última comida antes del amanecer).
"No hay duda que Al Qaeda, sus varias filiales y ahora el EI usan el Ramadán como un punto de inflexión, para inspirar y motivar a sus seguidores y partidarios en todo el mundo", dijo al diario The New York Times, Fawaz A. Gerges, profesor del London School of Economics, que ha escrito muchos libros sobre el yihadismo.
Horas después del ataque, el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, visitó la zona y afirmó que los terroristas "después de haber sido aplastados en los campos de batalla cometen ataques con explosivos en un intento desesperado", refiriéndose a los retrocesos de los yihadistas en puntos estratégicos del país..
El premier iraquí prometió castigar a "las bandas terroristas que perpetraron el atentado" y mostró su confianza en que "la victoria está muy cerca". Sin embargo, su convoy fue recibido con piedras e increpado por una multitud furiosa que acusa al gobierno por no saber cómo garantizar la seguridad.
También de madrugada, otro auto bomba estalló en el mercado popular de Shalal, situado en la zona de Al Shaab, en el noreste de Bagdad y de población mayoritariamente chiita. El atentado -aún no reivindicado, pero cuyas características son propias del EI según los medios locales- causó la muerte de al menos a cinco personas e dejó 16 heridos.
Obligado a retirarse de los territorios que tenía bajo su control por la ofensiva armada de la Coalición Internacional, el EI -según los analistas- tiene ahora como objetivo sembrar el terror entre las poblaciones musulmanas. Una estrategia que, según los expertos, mostrará al mundo la capacidad de seguir atacando, a pesar de las batallas perdidas en el territorio.
Estados Unidos condenó los ataques a través de un comunicado donde el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ned Price, afirmó que "seguimos unidos con el pueblo y el gobierno iraquíes en nuestros esfuerzos combinados para destruir EI".
EI está siendo acosado en Irak. Aunque permanece en Mosul y otras zonas del norte del país, las fuerzas iraquíes pretenden repetir lo logrado en Faluya, donde expulsaron a los yihadistas de uno de sus enclaves estratégicos, a apenas 50 kilómetros de Bagdad.
Según explica el diario The Guardian, el grupo yihadista ha perdido casi la mitad del territorio que controlaba en 2014, por lo que ahora está adoptando las tácticas de guerrilla que lo caracterizó durante su auge en 2004. Tal como lo era entonces, los autobombas, los ataques suicidas han sido centrales en las operaciones del EI.