Un empleado iraní de la embajada británica en Teherán, vinculado con los desórdenes desatados en el país tras el presunto fraude electoral denunciado por la oposición, permanece detenido desde el domingo, mientras el resto de sus colegas fueron liberados hoy.

La agencia local Fars reportó que al menos uno de los nueve empleados tuvo un "rol importante en la gestión secreta" de los disturbios tras las elecciones del 12 de junio.

El lunes habían sido dejados en libertad cinco de los nueve trabajadores de la legación diplomática. La emisora de televisión nacional en lengua inglesa Press Tv sostuvo que queda sólo una persona bajo arresto.

El primer ministro británico, Gordon Brown, calificó de "decepcionante" la actitud del régimen iraní tras la detención de los empleados y la expulsión de dos diplomáticos del Reino Unido.

En la sesión semanal de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, Brown dijo que las medidas tomadas por Irán son "injustificadas" e "inaceptables".

Según el jefe del Gobierno británico, Irán intenta culpar al Reino Unido por las "voces legítimas iraníes" que defienden la democracia.

"Estoy seguro de que toda la cámara (Comunes) comparte mi profunda decepción por el reciente comportamiento del régimen iraní" y por la expulsión de dos diplomáticos y el arresto de varios empleados locales de la legación diplomática británica, agregó.

"Pero nosotros vamos a seguir trabajando con nuestros socios internacionales para resaltar nuestra preocupación con Irán", dijo.

La semana pasada, en una decisión recíproca, Brown anunció en el Parlamento la expulsión de Londres de dos diplomáticos iraníes.

Las relaciones angloiraníes se deterioraron recientemente después de que Irán acusara a Londres de estar detrás de las protestas y disturbios.