El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Manoucher Mottaki, anunció hoy que los tres ciudadanos estadounidenses detenidos el pasado mes de julio en la frontera con Irak serán finalmente juzgados.

En declaraciones divulgadas por la agencia de noticias local Fars, el jefe de la diplomacia iraní explicó que los tres supuestos excursionistas están acusados de "entrar de forma ilegal en Irán con propósitos sospechosos".

"Siguen los interrogatorios y el procesamiento de los tres ciudadanos norteamericanos, que entraron de forma ilegal y con propósitos sospechosos a Irán... Estas personas serán procesadas por nuestro sistema judicial, que les aplicará la pena que corresponda", explicó.

Los tres estadounidenses, Shane Bauer, Sarah Shourd y Josh Fattal, fueron capturados el pasado 31 de julio cuando caminaban cerca de la frontera entre Irak e Irán, en plena provincia del Kurdistán iraquí.

Desde entonces, Washington ha demandado su liberación al alegar que simplemente eran excursionistas que se perdieron y pisaron territorio iraní por error.

Sin embargo, el pasado 9 de noviembre ya se incrementó el temor sobre su incierto destino, después de que el Fiscal General de Teherán, Abbas Yafari Dolatabati, anunciara que serían acusados de espionaje.

Ese mismo día, nada más conocerse la noticia, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, insistió en su inocencia y prometió que su país seguiría adelante con las gestiones para lograr su liberación.

Expertos y diplomáticos han sugerido que el momento y las condiciones en que se produce esta acusación podrían estar relacionadas con el pulso que Irán y Estados Unidos sostienen a causa del conflicto nuclear.

Los tres excursionistas fueron arrestados hace cerca de cuatro meses, y apenas se había sabido de su destino hasta que el pasado 20 de octubre el propio Mottaki adelantó que serían llevados ante un tribunal cuando se dieran por concluidas las pesquisas.

En la mismas fechas, Estados Unidos, Rusia y Francia habían presentado una propuesta a Irán para enviar su uranio al exterior y recuperarlo tiempo después enriquecido al 20 por ciento, que el régimen iraní ha rechazado.

HISTORIAL DE CONFLICTOS
A principio de diciembre Irán acusó a Washington del secuestro en Arabia Saudí de un científico nuclear iraní que desapareció en el citado país árabe le pasado mayo cuando realizaba la peregrinación ritual a los lugares santos islámicos de Medina y La Meca.

Según Teherán, el científico, identificado como Sharam Amiri, fue atrapado por Fuerzas de Seguridad saudíes y entregado a "agentes norteamericanos".

A este respecto, el portavoz del ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Ramin Mehmanparast, aseguró hoy a la agencia de noticias Ilna que las informaciones que apuntan a que Amiri colaboraba con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) "refuerza la tesis iraní de que fue secuestrado pro agentes estadounidenses".

Washington y Teherán rompieron sus relaciones diplomáticas en abril de 1980, tras la consolidación del triunfo de la Revolución Islámica que desalojó del poder al último Sha de Persia, Mohamad Reza Pahlevi.

Al llegar a la Casa Blanca, el Presidente norteamericano, Barack Obama, había puesto la cuestión sobre la mesa, al expresar su disposición a emprender un nuevo capítulo si el régimen iraní abre el puño, posibilidad que parece haberse disipado en los últimos meses.

La esperanza para las familias es el reciente caso de la periodista estadounidense de origen iraní, Roxana Saberí, quien fue detenida el pasado 31 de enero y tras un proceso parecido fue acusada de espionaje dos meses después.

Saberí fue puesta en libertad el pasado mayo tras ser juzgada y condenada a cinco años de prisión, y poco antes de que Estados Unidos liberara a cinco ciudadanos iraníes que mantenía retenidos en Irak.