Irlanda advirtió el miércoles que la propuesta francoalemana de introducir un impuesto a las transacciones financieras enfrentará oposición de otros países europeos y señaló que el gravamen debería aplicarse en toda la Unión Europea, no sólo en los miembros de la zona euro.
Irlanda es un importante centro de administración de fondos en Europa y promover la industria es una gran prioridad para el gobierno mientras busca recuperar la reputación de Dublín como centro financiero tras un devastador quiebre de la banca local.
"No podemos tener una situación en la que haya un impuesto a las transacciones en Dublín y no lo haya en Londres", indicó el ministro de Finanzas, Michael Noonan, a la emisora estatal de Irlanda el miércoles.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, propusieron el nuevo impuesto sobre las transacciones financieras el martes, como parte de las propuestas para escudar a la zona euro de una profundización de la crisis de deuda.
Pero Noonan dijo que esa sugerencia ya había sido rechazada en una reunión previa de líderes europeos el mes pasado y que los nuevos planes encontrarían una renovada oposición,
posiblemente incluso de las firmas financieras de Francia.
"Habrán muchas objeciones de parte de países con una fuerte participación de la industria de servicios financieros: Luxemburgo, Holanda, incluso París", señaló.
Desde La Haya, el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager, dijo el miércoles al Parlamento nacional que no estaba a favor del impuesto.
"Estamos en contra de impuestos europeos. Nosotros, como gobierno holandés, siempre hemos subrayado que tal impuesto (a transacciones financieras) podría implementarse globalmente, pero si no se hace (global) (...) habrá una gran distorsión. La gente puede my fácilmente cambiar los impuestos a otra jurisdicción", dijo De Jager al Parlamento.
La misma idea fue defendida por Noonan, quien indicó que "uno de los asuntos clave que necesitamos vigilar es si alguna forma de impuesto a las transacciones se aplicaría a los 27 (países de la Unión Europea) en vez de los 17 miembros de la zona euro".
Pero incluso si se impone un impuesto a las transacciones financieras en toda Europa, eso podría poner a la industria de fondos de Irlanda, que poseía 1,87 billones de euros bajo su administración a fines del año pasado, en desventaja contra sus competidores en las islas Caimán y Vírgenes Británicas, además de potenciales rivales en Europa.
"Globalmente, definitivamente hay otras jurisdicciones que han visto el éxito de Irlanda y Luxemburgo como domicilio de fondos y están considerando medidas para competir", dijo Paul Farrell, socio de Walkers Global Investments Funds Group en Dublín.