Los partidos norirlandeses disponen hasta esta tarde para pronunciarse sobre la propuesta de acuerdo presentada por los gobiernos británico e irlandés para resolver la crisis política que amenaza la supervivencia del Ejecutivo de poder compartido.

Las formaciones estuvieron reunidas durante la pasada madrugada hasta las 05.00 hora local, para tratar de acercar las posiciones respecto a lo que impide la devolución al gobierno autónomo de las competencias de Justicia e Interior, actualmente administradas por Londres.

En caso de que los partidos no lleguen hoy a un acuerdo, los primeros ministros del Reino Unido e Irlanda, Gordon Brown y Brian Cowen, respectivamente, han indicado que harán públicas sus propias propuestas.

El Partido Democrático Unionista (DUP), que representa a la mayoría en la región autonómica, mantiene que sólo aceptará fijar una fecha para la devolución de esos poderes cuando se hayan solucionado otros asuntos inaceptables, como por ejemplo, la abolición de la Comisión de Desfiles.

Creada un año antes de la firma del acuerdo de paz del Viernes Santo (1998), la Comisión supervisa y modifica las rutas de las controvertidas marchas de la Orden protestante de Orange, por ciertas zonas católicas.

Ante la falta de una solución, el republicano Sinn Fein, antiguo brazo político del IRA, ha advertido que contempla la posibilidad de abandonar el gobierno, lo que convertiría la parálisis del proceso de paz en una crisis de larga duración y obligaría a convocar elecciones autonómicas anticipadas.

Ante este escenario, los expertos creen que los republicanos podrían sacar ventaja de las divisiones del unionismo para convertirse, por primera vez en la historia de Irlanda del Norte, en el partido más votado, lo que le daría derecho a acceder a la jefatura del gobierno.

No obstante, el programa de la BBC, Hearts and Minds, reveló este jueves que la Orden de Orange presidió reuniones secretas entre el DUP y el Partido Unionista del Ulster -la tercera fuerza de la provincia- para estudiar la formación de una gran alianza protestante ante las próximas elecciones y parar así el ascenso del Sinn Fein.

Según los observadores, estas revelaciones podrían tener un efecto negativo sobre las ya tensas negociaciones entre los partidos, lo que, en principio, aleja la posibilidad de un acuerdo en la provincia.