El político norirlandés Gerry Adams fue puesto en libertad tras cuatro días de intensos interrogatorios sobre un asesinato hace más de cuatro décadas y sin que se presenten cargos en su contra, informó hoy por la noche la policía en Belfast.
De todas maneras, su expediente fue entregado a la fiscalía para su revisión, manifestó un portavoz policial.
La policía investigaba la supuesta participación del presidente del partido proirlandés Sinn Fein en el asesinato de una mujer en 1972. Este es atribuido a la antigua organización clandestina Ejército Republicano Irlandés (IRA), de la que Adams era un destacado dirigente en aquel momento.
El caso se remonta al momento más agudo de la crisis de Irlanda del Norte y sigue levantando polémica.
Adams, de 65 años, se presentó voluntariamente el miércoles pasado en una comisaría de Antrim para ser interrogado. Durante los cuatro días bajo custodia policial rechazó cualquier participación en el hecho.
Tras concluir un primer plazo de 48 horas, un juez dio permiso para prolongar los interrogatorios otras 48 y la policía lo estuvo interrogando "hasta 17 horas al día", según la emisora BBC.
Ante la comisaría en Antrim se congregaron esta noche manifestantes con carteles y banderas británicas, que clamaban contra su liberación y reclamaban "justicia" para las víctimas del extenso conflicto.
Previamente, el sábado cientos de personas se manifestaron en Belfast contra la detención, al considerar que estaba políticamente motivada. Algunos llevaban carteles que mostraban a Adams con el fallecido presidente sudafricano Nelson Mandela.
El jefe de gobierno norirlandés, Peter Robinson, del protestante Partido Unionista Democrático (DUP), negó las acusaciones y acusó al Sinn Fein de utilizar "tácticas de intimidación" contra la policía, que, dijo, sólo cumple su deber de investigar las acusaciones contra Adams.
Adams niega su participación en el asesinato de Jean McConville, de 37 años, que fue uno de los más impactantes durante el conflicto en Irlanda del Norte.
La mujer, viuda y madre de diez hijos, fue secuestrada en 1972 delante de sus hijos por 12 hombres y mujeres. Los miembros del IRA, que la acusaba de estar pasando información al Ejército británico, la asesinaron y enterraron su cadáver.
Durante décadas estuvo en la lista de "desaparecidos", hasta que en 1999 el IRA admitió que había asesinado a nueve de 16 personas de la lista. En 2003 se encontraron sus restos mortales en una playa tras una tormenta.
Los interrogatorios parten de nuevos descubrimientos que se basan en entrevistas realizadas por una universidad de Boston con antiguos activistas del IRA y que no debían hacerse públicos hasta que murieran los entrevistados. Sin embargo, un tribunal estadounidense obligó el año pasado a la universidad a destapar las declaraciones sobre el caso, que entregaron a las autoridades británicas.