Las ventas minoristas irlandesas están cayendo más del doble de la media en la eurozona luego que el gobierno aumentó los impuestos y redujo los salarios para los trabajadores estatales en un 14% para poder hacer frente a la peor crisis bancaria de Europa.
El gasto en consumo se desplomó 1,9% en el primer trimestre respecto del cuarto trimestre, la caída más abrupta en dos años, según cifras publicadas el mes pasado por la oficina de estadísticas.
Dado que el gasto de los hogares representa 53% de la economía, la capacidad de Irlanda para salir de su contracción económica más profunda en la historia podría depender de persuadir a las personas de empezar a gastar el efectivo que les quedó.
El rendimiento sobre los bonos de Irlanda a 10 años subió el miércoles 6 de julio hasta un récord en medio de la creciente especulación de que la calificación crediticia del país podría sumarse a Grecia y Portugal y ser rebajada a bono basura.
El ministro de Finanzas, Michael Noonan, bajó el impuesto sobre las ventas de todo, desde los cortes de cabello hasta las comidas de 13,5% a 9% a partir del 1 de julio y también ha rogado a los consumidores que reemplacen sus refrigeradores y secadoras "destartalados".
HOGARES AFECTADOS
En esta economía, los consumidores que contribuyeron a impulsar lo que llegó a conocerse como el Tigre Celta ahora ahorran y pagan deuda en medio de preocupaciones sobre futuros aumentos de pagos de interés sobre hipotecas que podrían ser más altas que el valor de sus casas.
La tasa de ahorro de Irlanda subió hasta 13% el año pasado desde 3,6% en 2007, según Goodbody Stockbrokers de Dublín.
El gasto en consumo bajó 12% después de haber alcanzado un peak máximo en el cuarto trimestre de 2007, según cifras de la oficina nacional de estadísticas. En la eurozona, el gasto en consumo volvió a los niveles que se vieron por última vez antes que Lehman Brothers Holdings quebrara en 2008, dijo Austin Hughes, economista principal de KBC Ireland en Dublín.
En diálogo con los periodistas el mes pasado en Dublín, Noonan dijo que la gente puede volver a gastar con confianza.
Las alzas de impuestos y los recortes en la seguridad social están costando a las unidades familiares un promedio de unos 1.200 euros al año, dijo Hughes. La cifra podría aumentar dado que el gobierno prometió reducir el déficit unos 4.000 millones de euros en 2012, en parte, introduciendo gravámenes sobre las propiedades y el consumo de agua.