"¿Quieren ver algo genial?", se interrumpe a sí mismo el actor Finn Jones en medio de una oración. Bajando el cierre del polerón que está usando muestra con orgullo un tatuaje de un dragón en su pecho; marca que los fanáticos de las historietas reconocerán como el símbolo del superhéroe Iron Fist. "Es como estos tatuajes de niños que se pegan con agua. ¿Se acuerdan lo mucho que costaba que salieran esas cosas?". El actor habla en medio de los estudios Broadway Stages de Brooklyn, Nueva York, que La Tercera visitó en septiembre, donde Netflix y Marvel grabaron su más reciente serie en colaboración: Iron Fist, que se estrena el 17 de marzo en la plataforma y que viene a culminar el camino hacia The Defenders, producción que este año juntará al mencionado héroe con Daredevil, Jessica Jones y Luke Cage.

La historia sigue a Danny Rand (Jones), un joven de 25 años, heredero de una de las empresas más poderosas del universo Marvel, que se creía muerto luego que a los diez años desapareciera junto a sus padres tras un accidente de avión en el Himalaya. A diferencia de sus progenitores el niño no murió y fue criado por monjes de la ciudad escondida K'un-Lun, donde aprendió artes marciales y a dominar un poder místico que le permite canalizar energía con su puño, dándole fuerza sobrehumana. Pero 15 años después de su accidente decide volver a Nueva York, no necesariamente para ser un héroe, sino para recuperar su vida y su nombre.

"Es difícil describir a Danny Rand, porque es un misterio. Ni él sabe quién es; está intentando encontrarse a sí mismo. Es un tipo complejo pero en su esencia es una buena persona", explica Jones, y agrega: "Se saltó un montón de procesos normales como la adolescencia, la primera novia, el primer trabajo. Es como un niño en el cuerpo de un hombre. Es como Tom Hanks en Big (Quisiera ser grande)".

Por supuesto, el heroísmo de todas formas toca la puerta de Rand cuando La Mano, misma organización criminal antagonista en la segunda temporada de Daredevil, vuelva a hacer de las suyas en Nueva York. "¿Lucha contra la maldad? Bueno sí, por lo menos eso es lo que cree. Fue criado toda su vida para pensar que sus enemigos son malvados. Pero el mundo no es blanco y negro, y Danny aprenderá eso", continúa el actor.

En los enormes galpones que conforman el set se puede pasar en cosa de metros desde un dojo en Nueva York a las puertas de piedra de la ciudad de K'un-Lun, a los escombros del avión de las Industrias Rand en donde el protagonista tuvo su accidente, y de vuelta a Nueva York, con imponentes oficinas y departamentos. A diferencia de los personajes de series como Luke Cage y Jessica Jones, Iron Fist mostrará el mundo de la opulencia. Al fin y al cabo, las Industrias Rand sólo están por detrás del imperio de Tony Stark/Iron Man en las historietas de Marvel.

El personaje en su esencia también es distinto al resto de sus futuros compañeros en The Defenders. "Danny es un personaje optimista. Mientras Daredevil o Jessica Jones están dañados y cargan con pesos sobre sus hombros, Danny no. Es el más joven, tiene sólo 25, entonces está en una etapa de su vida en la que puede ser una mejor persona", cuenta el protagonista.

Iron Fist no podría haber encontrado un mejor momento para llegar a la vida de Jones. El papel más reconocible del actor británico de 28 años fue el de Loras Tyrell en Game of thrones, pero el personaje fue asesinado en el final de la más reciente temporada. "Me acuerdo cuando filmé mi última escena de Thrones, esa donde exploto (se ríe). Estaba en el aeropuerto a punto de volver a casa, y recién allí pensé: He tenido este trabajo por los últimos seis años de mi vida, ¿qué viene ahora? Estaba realmente preocupado", cuenta, agregando: "Y juro que fue allí mismo donde revisé el mail sobre esta audición para Iron Fist. Mi primer pensamiento fue: ¿Qué mierda es Iron Fist? Luego leí que era de Netflix y Marvel, entonces me interesé. Cuando vi la descripción del personaje, quedé asombrado. Supe que esto era. Era lo que buscaba. Es casi como si fuera el destino".