En el mundo del cómic, los nombres de Superman, Batman y el Hombre Araña se elevan por sobre los de sus colegas como los personajes más famosos de ese circuito. Pero en los últimos años, Iron Man también se ha sumado en popularidad y taquilla, con dos cintas que recaudaron más de mil millones de dólares en el mundo y un protagónico rol en la taquillera Los vengadores (2012), donde el personaje salvaba al mundo de una invasión alienígena. Y ahora, el personaje encarnado por Robert Downey Jr. regresa a la pantalla con la tercera parte de su saga, buscando confirmar su arrastre.
Pero este retorno -que está fechado para el jueves 25- viene acompañado de una renovada mirada a sus aventuras, que incluye un nuevo tipo de traje, un nuevo villano y la posibilidad de perder todo lo que para él es importante. A esto también hay que sumar que la dirección de la cinta dejó las manos de Jon Favreau para pasar a las de Shane Black, que había dirigido a Robert Downey Jr. en Entre besos y tiros (2005), cinta con la que debutó en la dirección.
Precisamente, fue Black uno de los primeros en referirse al modo en que esta secuela busca diferenciarse de películas anteriores, como Iron Man 2 y Los vengadores, alejándola del plano de la ficción, para acercarse más a una película de suspenso con peligros reales. "Ahora (Tony Stark) está preocupado por algo menos extraterrestre", le aseguró el realizador al sitio Philstar, agregando: "Es un thriller que conserva ese elemento de las novelas policiales, pero también mucho de las historietas. Tenemos un tipo de amenaza extravagante, pero que nos devuelve a un mundo real, en un entorno de guerra mundial, con armas y terrorismo".
Y esta amenaza tiene nombre: El Mandarín, el terrorista y archienemigo de Iron Man desde mediados de los 60. A pesar de su importancia en los cómics, el villano sólo hace su aparición en la tercera de las cintas, encarnado por Ben Kingsley. Pero en esta ocasión su nombre se asocia al de los otros malos de turno, Aldrich Killian (Guy Pearce) y la Dr. Maya Hansen (Rebecca Hall), creadores del Extremis, un suero que otorgaría superpoderes a quienes se lo inyecten. Ambos personajes y la historia fueron tomados de la serie de cómics llamada también Extremis, donde además aparece una nueva armadura para Stark. "Tony ha puesto unos pequeños puntos subcutáneos bajo la capa exterior de la piel, que pueden armar el traje sobre él cuando lo quiere, y que aún es sólido como una roca", aseguró Black.
Pero en esta batalla contra El Mandarín, que deja expuesta la vulnerabilidad del millonario inventor e incluye la destrucción total de su mansión y también el ataque al avión del presidente de EE.UU., el héroe contará con la ayuda de su mejor amigo, el coronel James Rhodes (Don Cheadle), cuya armadura, conocida como Máquina de Guerra, es rediseñada como la del Iron Patriot. Sin embargo, otro nombre impensado se une a la lucha: Pepper Potts (Gwyneth Paltrow), la novia de Stark, quien entra en acción vistiendo uno de sus 42 tecnologizados trajes para ir en su ayuda.