Antes de la reunión de comité político en La Moneda del lunes pasado, la senadora socialista Isabel Allende se acercó al presidente de la DC, Ignacio Walker, para manifestarle su molestia por las críticas al mecanismo de compra de colegios que propone la reforma educacional para poner fin al lucro.

Allende recuerda que ese día le dijo a Walker: "Aquí hay un proyecto central, que tú mismo has declarado que estás de acuerdo, pero le pones tanto énfasis al mecanismo que pareciera que el conjunto del proyecto es el que desapruebas".

A juicio de la presidenta del Senado, no hay una diferencia de fondo con la DC, pero la imagen que está promoviendo Walker es errada, ya que -a su juicio- le entrega en "bandeja" el espacio para que la oposición salga a cuestionar los proyectos del gobierno.

La Nueva Mayoría está algo convulsionada tras las expresiones del senador Ignacio Walker. Ud. ha dicho que él se equivocó.

Con el senador Walker compartimos que se ponga fin al lucro, el copago y la selección. Se partió con este proyecto porque se quería terminar con la discriminación y la segregación. Lucrar en la educación es casi un contrasentido. Y si hay lucro, no puede ser con recursos públicos... Ahora, volviendo al senador Walker, me parecieron desafortunadas sus palabras. Los presidentes de partidos, incluso, tienen más responsabilidad que un parlamentario. Todos debemos cuidar el lenguaje, pero un presidente de partido también habla como presidente de partido. Su caricatura fue desafortunada.

Le gusta la fórmula que propuso el ministro Eyzaguirre.

Hay tres millones de alumnos que van a las escuelas particulares subvencionadas. Si ese particular subvencionado no quiere seguir con el proyecto educativo, porque lo motivaba el lucro, nosotros no podemos dejar a esos niños en la calle. Tenemos una obligación de dar alternativas. Para eso está previsto tener que comprar y garantizarles continuidad a esos alumnos. Todos compartimos que hay que terminar el lucro, pero hay que buscar una manera. Hay que seguir estudiándolo. Lo que importa es terminar con el lucro.

Algunos dicen que la DC se está convirtiendo en la piedra en el zapato del gobierno.

No comparto eso. Ha habido declaraciones desafortunadas de unos y otros.

Ud. ha presentado dos iniciativas sobre el aborto, el primero hablaba de razones terapéuticas, pero después presentó otro en 2013 que comparte las tres causales que pretende impulsar el gobierno. ¿Cambió su postura?

No. Cuando se discutió en la sala en 2012  defendimos las tres causales, inviabilidad fetal, peligro de vida de la madre y violación. Esta última la defendí mucho en la sala. Me parece que es tan dramático que se conciba un niño en esa circunstancia, que hay que dejar una opción. Y la opción la tiene que tomar esa adolescente que fue reiteradamente violada.

Quienes critican el aborto dicen que las tres causales son la entrada de un aborto libre. Otros, en cambio, dicen que el aborto debe ser considerado un derecho.

No creo que nadie lo quiera mirar como un derecho. El aborto no es algo que una mujer desea. Pero hay que tener respeto por mujeres violadas o en otra circunstancia. Para algunos, el inicio de la vida será la concepción, para otros, el ser vivo está en la gestación, después de un número de semanas. Hay que ser respetuosos. Creo en los derechos reproductivos de las mujeres. La imposición es lo tremendo. Es lo mismo que ocurrió con el divorcio. Se nos cerraba con el argumento de que era para toda la vida y así había sido porque Dios lo estableció o quien sea.

Qué le parecieron las palabras del cardenal Ezzati

Hay que evitar imposiciones y descalificaciones. Soy muy respetuosa. Entiendo que la Iglesia tenga otra mirada. Pero me parecieron muy desafortunadas las palabras de monseñor Ezzati. No correspondían a su jerarquía. Fueron casi una insolencia a la Presidenta.

¿Está abierta a debatir el aborto libre?

En lo personal, no estoy cerrada al aborto a secas, al aborto libre. Pero no como un método de reproducción, sino como una opción última de una mujer que en una situación muy desesperada lo va a usar. Los hijos debieran ser muy deseados, pero un hijo impuesto, porque simplemente no se le da opción de escoger a esa mujer, como una violación o la inviabilidad, me parece que no corresponde a una sociedad que ha alcanzado este nivel de madurez.

En el Senado está el proyecto del senador Girardi, que contempla el aborto por razones eugenésicas, a fetos que presenten taras psíquicas y físicas.

No entraría en los detalles. Me quedo con lo que la Presidenta ha dicho. Estas tres causales son un gran paso para no imponerles a las mujeres situaciones extremas.

Ud. ha dicho que no es el momento de hablar de la presidencia del PS, pero el ex senador Escalona ya está recorriendo el país. ¿Aún prefiere esperar?

Me parece bien desafortunado con la cantidad de desafíos que tenemos. Con la intensidad de la agenda legislativa y la profundidad de las reformas, no es el momento. Me sorprende de una persona que ha sido cinco veces presidente del PS, que con este tiempo de antelación quiera comenzar una campaña. Es una contradicción. Correspondía la elección en diciembre y la postergamos para marzo, justamente para liberar este año y dedicarnos de cabeza a las reformas. Está en su derecho postularse, pero no es el momento. Y cuando leo algunas de sus declaraciones, no las comparto. Es curioso. Cuando fue presidente del PS pedía incondicionalidad y me criticó porque yo hablé de ser leal, que a mi juicio es más correcto. Hoy día uno lee sus declaraciones y ya no parece ser el número uno que está respaldando al gobierno. Es llamativo.

¿Qué lección saca del proceso de HidroAysén?, ¿era una muerte anunciada?

En cierta manera. Pero es muy importante que demostremos que hay una institucionalidad, que ha que hay fortalecer y que tiene que ganarse la confianza de la ciudadanía. Era un paso importante. Lamentablemente, en el gobierno pasado el Consejo de Ministros debió haberse reunido y no lo hizo. Y cuando lo hizo, lo hizo en condiciones que hubo que declarar ilegales. Eso hizo mucho daño. Además, habíamos tenido el tema de Barrancones, que debilitó la institucionalidad. Este es un país serio y los inversionistas deben saber que los proyectos tienen que mostrar todas las situaciones que van a afectar y las mitigaciones. Y contemplar la opinión de las comunidades. Ahora, eso no significa que descartemos el recurso hidro.

¿Hubo autocrítica en la ex Concertación? HidroAysén fue alentado en gobiernos anteriores

Efectivamente. Fue aprobado. Pero tenemos que pensar que sufrimos un trastorno cuando se cerró gas de Argentina. Se cerró de la noche a la mañana y eso obligó al gobierno anterior de la Presidenta Bachelet a autorizar una cantidad de termoeléctricas. Eso nos ha hecho daño. Por eso es fundamental que diversifiquemos la matriz.

Un reciente informe del PNUD reveló que el Congreso chileno es uno de los menos valorados de Latinoamérica. ¿Si bien puede haber un tema estructural, a raíz del binominal, a qué atribuye eso?

Hay muchas razones. Una de ellas puede ser la desmotivación, porque las elecciones son poco competitivas. La otra tiene ver con nosotros mismos, que hacemos declaraciones que no se cumplen. Pero hay un tercer elemento, que es doloroso. Hay una gran desinformación de la ciudadanía, porque falta educación cívica. La gente no sabe lo que es un parlamentario. No entiende que hay dos cámaras. Pero también los medios no han sido muy responsables, cuando afirmaron que nosotros ganábamos sobre  $ 22 millones. Eso es una irresponsabilidad tremenda. Por qué me cargan una plata que no es mía.

¿Cuánto recibe un senador?

Tenemos el mismo sueldo bruto de un ministro ($ 8.600.000, aproximadamente). Al ministro, por supuesto, no le suman el auto, las secretarias, los asesores. A nosotros sí nos suman, porque están sumando la bencina, los asesores, los traslados, las oficinas. Es una tremenda injusticia. No veo el cheque del arriendo. Tengo una sede en Copiapó que cuesta $ 1.600.000. Yo no gano esa plata.

¿Ud. habla en términos brutos?

Al final yo recibo $ 4.500.000 y fracción. Porque me descuentan impuestos y ahorro previsional voluntario. Al final nadie saca ocho millones. Hay desinformación. No sé si intencional. Hay falta de responsabilidad casi ética de los medios. Nunca han querido aclarar. Hay connotados periodistas que han afirmado una y otra vez que nosotros ganamos 22 o 24 millones. Y en este país, cuando el 80% de la población gana menos de $ 600 mil, eso es irritante. Es muy fácil desacreditar al Parlamento. Pero le hace daño a la democracia.