Un cuerpo flota en el agua. Su silueta se puede ver desde el puente de San Francisco. Un grupo de niños recibe la alerta de un posible asesinato en la ciudad estadounidense. Los pequeños llegarán antes que la policía al lugar del supuesto crimen.
La escena es parte del próximo libro de Isabel Allende y será su debut en la novela policial. Se titula Ripper y será publicada a fin de año. La historia nació cuando la escritora chilena y Premio Nacional vio a su nieta Andrea jugando el juego de rol Jack el Destripador, en inglés Jack the Ripper.
"El avatar del juego es 1880, Londres. Mi historia transcurre en San Francisco, en 2012", cuenta la escritora desde su casa en California, EE.UU. Cinco niños son los protagonistas "que empiezan a resolver una serie de crímenes que suceden en la ciudad", adelanta Isabel Allende, quien entregó el original de Ripper a su agente, Carmen Balcells, en diciembre pasado.
Según cuenta, fue Balcells quien le propuso que escribiera un policial con su marido, William Gordon, autor de novelas en el género. "Fue imposible. Tenemos diferentes maneras de trabajar, pero yo me quedé con la historia", dice riendo la novelista, quien le da crédito a Gordon: "El me ayudó con la estructura del libro".
Así, la autora se suma al auge del género, que alcanzó una renovada popularidad con el éxito la saga Millennium, de Stieg Larsson.
Los pequeños protagonistas de Ripper siempre llegan primero que la policía al lugar de los hechos. "La policía tiene que seguir un protocolo y los niños no", dice su autora.
Isabel Allende se lanzó a explorar el género sin ser una experta: "No soy muy lectora de novelas policiales". Para lograr detallar todo tipo de muertes con credibilidad asistió a conferencias de escritores del género. "Aprendí cómo asesinar sin que te pillen, cómo descuartizar a alguien. Fue entretenido. Tuve clases con un profesor de medicina forense y me ayudó muchísimo", cuenta. A la luz de sus lecciones, Ripper "tiene todas las claves de un thriller", dice la autora que hace una semana debutó en otro género aún más distante: la ópera.
HISTORIA DE VENGANZA
Con 20 años, Isabel Allende (70) llegó por primera vez al Teatro Municipal de Santiago. Iba a ver Madama Butterfly con su primer marido, Miguel Frías. "Eramos pobres como ratas y estuvimos en galería. Yo pensaba que era un espectáculo humorístico, porque no podía creer que cayeran flores del cielo mientras esa señora gorda se hacía el harakiri", cuenta entre risas.
Ha pasado medio siglo desde entonces, y hoy, Allende vive en una amplia casa de California con el abogado y escritor William Gordon. El viernes 17 de mayo, la pareja asistió al Teatro de Santa Mónica, en Los Angeles. Eran los invitados de honor del estreno mundial de Dulce Rosa, ópera dirigida por Plácido Domingo y basada en su cuento Una venganza.
"Para mí, la ópera siempre fue algo pomposo y de gente rica", dice Allende, quien fue entrevistada previo al estreno, ante 500 personas, en el mismo escenario donde se estrenó el montaje. Allí habló del relato publicado en Cuentos de Eva Luna: "Lo escribí en 1987, cuando me vine a EE.UU. a vivir con Willy en una casa pequeña, entonces él se iba a trabajar y yo escribía en un café". Del argumento, dijo que "es sobre una mujer que se obsesiona con el odio, que al final se vuelve amor".
El drama de Dulce Rosa se desarrolla en Santa Teresa, lugar ficticio ubicado en Sudamérica en los años 50. Sus protagonistas son Rosa Orellano, interpretada por la soprano uruguaya María Antúnez, y Tadeo Céspedes, rol a cargo del barítono mexicano Alfredo Daza.
El padre de Rosa, el senador conservador Anselmo Orellano (Greg Fedderly) es asesinado por el guerrillero Tadeo Céspedes, que entró con sus tropas a la ciudad y además abusó sexualmente de Rosa. Ella buscará venganza.
El sitio The Hollywood Reporter destacó la escenografía: "El entorno latinoamericano se muestra en proyecciones deslumbrantes, que transforma el paisaje escénico". La diseñadora de la obra, Yael Pardess, recorrió Sudamérica y fotografió paisajes y casas coloniales, que se proyectan en el escenario.
A su vez, el diario Los Angeles Times apuntó a la música de la obra: "Procedente de la televisión y el cine, también puede atraer a la audiencia que asiste a ver óperas como Tosca y Madama Butterfly".
"La ópera puede ser muy latera, pero acá es dramática y entretenida", dice Allende, quien al finalizar la obra acompañó en el escenario al tenor español Plácido Domingo, director de la Opera de Los Angeles. Ambos fueron ovacionados. "Sentí que los aplausos fueron inmerecidos, porque lo mío es un cuento piñufla, transformado en una ópera maravillosa", dice, citando a Richard Sparks, quien adaptó su cuento.
Dulce Rosa llegaría al Teatro Municipal de Santiago en 2014. Antes, cerrará sus funciones en Los Angeles, el 9 de junio, y luego se presentará en Miami y Washington. "Plácido me dijo que en futuras presentaciones él quiere hacer el papel del senador Orellano", adelanta la autora.