Los islamistas que controlan el norte de Malí empezaron hoy la demolición de mausoleos de santos musulmanes en Tombuctú, una ciudad mítica incluida en la lista de patrimonio mundial en peligro de la UNESCO, que calificó de "trágica" la destrucción de los santuarios.

"Ansar Din destruirá hoy todos los mausoleos de la ciudad. Todos los  santuarios sin excepción", informó Sanda Uld Bumana, el portavoz de Ansar Din,  uno de los grupos armados que controla la región, a la agencia AFP.

El primer santuario destruido fue el de Sidi Mahmud, en el norte de  Tombuctú, que ya fue profanado a principios de mayo por miembros de Al Qaeda en el Magreb Islámico, aliados de Ansar Din.

"Acabamos de enterarnos de la trágica noticia de los daños causados sin  motivos al mausoleo de Sidi Mahmud, en el norte de Malí", declaró Alissandra  Cummins, presidenta del Comité Ejecutivo de la UNESCO en un comunicado.

Según la misión cultural de Tombuctú, 16 mausoleos de esta ciudad en el  borde del Sahara, llamada "la ciudad de los 33 santos", están en la lista del  patrimonio mundial.

El Comité del Patrimonio Mundial, reunido en San Petersburgo, Rusia,  "aceptó la solicitud del gobierno de Malí de inscribir a Tombuctú, así como a  la Tumba de los Askia, en la Lista del patrimonio mundial en peligro de la  UNESCO", indicó esta organización en un comunicado el jueves pasado.

Tombuctú fue fundada entre el siglo XI y el siglo XII, según los registros históricos, por tribus tuaregs. Fue un gran centro intelectual del islam y una antigua metrópolis mercantil próspera gracias a las caravanas. Sus tres grandes mezquitas, pero sobre todo decenas de miles de manuscritos  -algunos de los cuales datan de la era anterior al islam- son un testimonio  de su antiguo esplendor y de su edad de oro en el siglo XVI.

Entre fines de marzo y comienzos de abril de este año, las ciudades y regiones  administrativas del norte de Malí -Tombuctú, Kidal y Gao- cayeron en manos de grupos armados islamistas. Esta situación fue precipitada por un golpe de  estado que, el 22 de marzo, derrocó al presidente Amadu Toumani Touré.