Las autoridades tunecinas contaban hoy los votos de las primeras elecciones libres en la historia del país y los primeros indicios apuntan a que un partido islamista encabeza las preferencias en la nación que desató las revueltas populares en el mundo árabe.
Se trata de Ennahda, grupo moderado que lleva la delantera. Según los últimos recuentos podría alcanzar más del 40% de las preferencias. El jefe de la comisión electoral, Kamel Jendoubi, dijo que los resultados oficiales serán dados a conocer el martes por la tarde.
Una victoria de Ennahda en una población relativamente secular como la de Túnez podría tener implicaciones amplias para partidos religiosos similares en la región.
Ennahda dice que considera que el islamismo debe ser punto de referencia para el sistema de leyes del país, pero mantiene que respetará los derechos de las mujeres y la igualdad y que está comprometido a la democracia y a trabajar con otros partidos.
Los observadores europeos declararon que las elecciones habían sido unas de las más limpias que hayan visto y llamaron a todos los partidos a aceptar los resultados. Largas filas de votantes ayer mostraron el deseo de los tunecinos de adoptar los comicios libres luego décadas de dictadura.
Muchos de los partidos habían acusado a Ennahda de violaciones electorales, desde recomendar a electores cómo votar hasta comprar votos, pero los observadores rechazaron los cargos. "No vimos evidencia alguna de las acusaciones de compra de votos", dijo el parlamentario italiano Riccardo Migliori. "Ellos no deberían hacer esas acusaciones si no tienen evidencia", agregó.
Túnez fue conocido durante décadas por su gobierno represivo, pero también por sus legislaciones progresistas en materia de derechos de las mujeres y las familias, algo que algunos tunecinos seculares temen que Ennahda eliminará si consigue un número considerable de escaños en la nueva asamblea.
La asamblea de 217 escaños que los tunecinos eligieron tendrá un mandato de un año, redactará una nueva Constitución, nombrará a un gobierno interino y establecerá las fechas para otras elecciones presidenciales y parlamentarias. La participación superó al 90%, un reflejo de la determinación de los tunecinos por ejercer sus nuevos derechos democráticos luego de décadas de represión.
La revuelta tunecina se ha hecho conocida como la chispa que dio inicio a la Primavera Arabe. El suicidio del vendedor de verduras Mohamed Bouazizi, quien se quemó a lo bonzo en medio de su desesperación por la pobreza y el abuso del gobierno, provocó masivas protestas que terminaron con los 23 años en el poder del mandatario Zine El Abidine Ben Ali.